sábado, 26 de abril de 2014

Por qué me da cosa la campaña "Firmá una teta"

En estos días circula en Facebook la campaña "Firmá una teta". Consiste en ir al sitio firmaunateta.org y firmar la Declaratoria de los derechos de la mujer en Latinoamérica en materia de cáncer. La campaña está organizada por el Movimiento Ayuda Cáncer de Mama (Macma).

La firma, explican en el sitio, "ayuda a llamar la atención de los líderes del Gobierno, responsables de las políticas de salud y la sociedad en general, a crear conciencia sobre la creciente crisis del cáncer de mama y del cuello del útero".

Al firmar la convocatoria, aparece el nombre de unx como tatuado sobre una teta.


Una teta joven, linda, abultada y firme, por supuesto. Nada de tetas caídas, de tetas arrugadas, de tetas flácidas, de tetas chatas. de tetas de todos los días, bah.

Y en algún punto, esta campaña me molesta.

Entiendo la necesidad de llamar la atención, de peticionar, de conseguir la mayor cantidad de firmas, entiendo lo estratégico que es usar unas apetecibles tetas para atraer a la gente e incitarlas a firmar. Sé lo difícil que es conseguir apoyo para cualquier tipo de campaña, y entiendo el argumento del "vale todo" con tal de conseguir dichos apoyos.

Lo entiendo, pero no lo comparto.

Usar un argumento sexista para una campaña contra el cáncer de mama no me parece una buena idea. Será útil, sí. Por la cantidad de tetas firmadas que vi pasar en mi Facebook, me imagino que la campaña fue un éxito. ¿Pero el fin justifica los medios siempre?

En este caso, la campaña refuerza la cosificación de las mujeres, a las que reduce a un par de lindas y jóvenes tetas. Una mujer sin cuerpo, un trozo de carne, sin cabeza, anónima: pura teta que cumple con los requisitos patriarcales para ser considerada una teta por la que vale la pena movilizarse.

Porque ése es el tema, la gente no firma para las mujeres: firma para sus tetas. Para salvar sus tetas.

Ahora, ¿qué pasa con las mujeres que se tienen que someter a una mastectomía? ¿Se deben sentir desvalorizadas? ¿Son menos mujeres? ¿Deben pasar obligatoriamente por una operación quirúrgica para reponer su "feminidad"? ¿Un par de tetas definen el ser mujer? ¿Si no tengo más tetas, no firmás por mí?

Yo pensé que en eso de la lucha contra el cáncer de mama, se luchaba por la vida de las mujeres. Pero resulta que se apela a la empatía de la gente para salvar sus tetas.

Me imagino que si la campaña hubiera mostrado otra cosa que tetas jóvenes y firmes, si no hubiera consistido en tatuar una teta, no habría tenido tanto éxito. Me imagino que el Macma habrá intentado muchas otras estrategias antes que esa, y no habrá conseguido nunca tantas firmas (eso espero, al menos, que al menos sirva para algo).

Como en otras entradas (aquí y aquí), les invito a imaginar la misma campaña para luchar contra el cáncer de testículos: ¿nos pedirán que firmemos un par de huevos? 

"Firmá un cojón", ¿la nueva campaña que hace furor en las redes sociales?

PD: Preciso que he firmado la campaña, porque me parece importante hacerlo, y aliento a todxs a hacerlo, pero no compartiré mi "teta firmada" en Facebook o Twitter.

jueves, 24 de abril de 2014

Respuesta a Mauricio Macri del Observatorio de Discriminación

Ante las denuncias hechas por la ciudadanía luego de las declaraciones misóginas de Mauricio Macri, el Observatorio de Discriminación en Radio y Televisión expresó su repudio:
El Observatorio de la Discriminación en Radio y Televisión expresa su más enérgico repudio a las declaraciones vertidas por el Jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, en un programa radial de FM Masters de la ciudad de Ushuaia, Tierra del Fuego. 
En este marco el funcionario manifestó una serie de opiniones que promueven la acción del acoso callejero y la violencia contra las mujeres. Además deslegitima y anula la voz de las mujeres al hablar en representación de ellas: “En el fondo, a todas las mujeres les gusta que les digan un piropo; a aquellas que dicen que no, que ofende, no les creo nada. No hay nada más lindo que te digan ‘qué lindos ojos’, por más que esté acompañado de una grosería, como ‘qué lindo culo que tenés’ ”. 
Por otro lado, Mauricio Macri fundamenta sus dichos en la supuesta raíz italiana de la cultura argentina que explicaría este comportamiento: “Vos les preguntás a los escandinavos, a los ingleses, a las mujeres, y lo que más les gusta de los italianos es esa cosa, porque nosotros somos igual que los tanos, de españoles tenemos muy poco. Esta cosa de piropear, de mirar a la mujer”. Esta generalización errónea y de sentido común, refuerza modelos imaginarios de una homogeneidad eurocéntrica y niega la riqueza de los orígenes de la identidad nacional argentina, plural, mestiza y heterogénea: más del 60% de la población argentina tiene ascendencia de Pueblos Indígenas Originarios . (1) 
Cabe destacar que el periodista que lo entrevista no cuestiona estos conceptos sexistas. En este marco, señalamos que este espacio recibió múltiples reclamos de ciudadanos/as, por la naturalización de la violencia de género que conllevan las expresiones allí vertidas. 
Por tanto, este Observatorio sostiene que este tipo de declaraciones misóginas reproducen diversos aspectos de la violencia contra las mujeres, en especial en las modalidades simbólica y mediática definidas por le Ley Nº 26.485 de Protección Integral de las Mujeres; a la vez que atentan contra diversos avances reconocidos por distintas normas que en materia de derechos hacia las mujeres se han alcanzado en los últimos años. 
Notas
(1) Según un estudio de 2009 realizado por investigadores/as del CONICET y de la UBA, el 63,1 % de la población argentina tiene ascendencia amerindia.

Ahora, ¿Macri pidió disculpas por su misoginia? Dijo:
"Una de mis hijas me llamó y me retó por el tema de los piropos. Hice un comentario desde la galanterí­a. Pido perdón a quienes ofendí."
O sea, no se disculpó nada: justificó su machismo por... más machismo... La galantería es otra expresión de machismo que las mujeres tampoco piden. Las mujeres pedimos respeto, no galanteria.

martes, 22 de abril de 2014

Mauricio Macri, acosador confeso de mujeres

El jefe del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, reconoció que acosa sexualmente a las mujeres en la calle gritándoles cosas.

Además, desoyendo los reclamos de miles de mujeres que exigen que se les deje de agredir en la calle e ignorando el estudio que salió la semana pasada que indica que el 60% de las mujeres se sienten incómodas, intimidadas e incluso violentadas por los "piropos", las tildó, lisa y llanamente, de mentirosas:
"En el fondo, a todas las mujeres les gustan que les digan un piropo. Aquellas que dicen que no, que se ofenden, no les creo nada."
Y remató:
"No puede haber nada más lindo que te digan que lindos ojos..., por más que esté acompañado de una grosería, que te digan qué lindo culo que tenés, está todo bien."
Está todo bien... ¿para quién exactamente? ¿Para la mujer que se siente violentada con una mirada cosificadora? 

Con esta última frase, Macri confirma además que no hay ninguna diferencia entre un piropo "lindo" y una grosería. Para los varones acosadores, la intención es exactamente la misma: poner a las mujeres en un lugar de objeto sexual a disposición de la mirada y del goce masculinos.

Se puede escuchar la nota completa que le hicieron en FM Masters de Ushuaia en esa nota de Clarín.

Pido enfáticamente que se denuncie a Mauricio Macri ante el Observatorio de Discriminación en Radio y Televisión por reivindicar el acoso callejero y las agresiones verbales contra las mujeres.

La excusa de la ignorancia

Tuve que mirar dos veces el comercial de las bolsas Asurín para poder creer lo que estaba viendo. 

Para vender bolsas de basura, se muestra a una niña de 14 años que le pide a su padre que para su fiesta de 15, en lugar de fiesta y viaje, le regale una operación de cirugía estética para tener más mamas. El padre se desvanece, pero no por lo que le pide su hija, sino por el olor que se desprende de la bolsa de basura. Cuando su hija cierra la bolsa, el hombre vuelve en sí y contesta a su hija lo más naturalmente del mundo: "¿Por qué no arreglás con tu mamá. Quizás nos hacen un 2x1."

El sexismo de este comercial es tan aberrante que no sé ni dónde empezar. Lo peor de todo, es que cuando, ante la avalancha de quejas, el Observatorio de la Discriminación en Radio y Televisión se reunió con  la encargada de la imagen corporativa de la firma NECHO S.A. y el director de cuentas de la agencia FKW responsable del aviso, éstos contestaron que, cito: 
"no habían reparado en que el comercial hacía una explícita cosificación de las mujeres y de las niñas."
La respuesta me deja sin voz.

Nos muestran una niña de 14 años que sueña con tener más pechos, o sea, que es completamente víctima de una sociedad que cosifica a las mujeres y les impone cánones de belleza inalcanzables, a un padre que no solamente le parece completamente normal, sino que encima desea que su esposa haga lo mismo, ¿y tienen la desfachatez de decir que no se dieron cuenta de que el comercial cosifica a las mujeres y a las niñas?

¿Tan normal les parece que las mujeres nos sometamos a mutilaciones para que nuestro cuerpo se adecúe al ideal de belleza de la sociedad patriarcal? ¿Tan normal les parece que una niña de 14 años quiera ser una Barbie con tetas grandes? ¿Tan normal les parece sexualizar a ultranza a una niña desde los 14 años?

Lo peor de todo es que probablemente sí: les parece normal. Estamos en un mundo en que una niña de 14 años debe tener el deseo de mutilarse, operarse quirúrgicamente, para ser lo más atractiva sexualmente posible, y en que ningún adultx está para darle otra visión de las cosas, al contrario: su propio padre la alienta.



lunes, 21 de abril de 2014

Las mujeres, el sexo, el orgasmo y muchos mitos

- Las mujeres necesitan estar enamoradas para excitarse y tener sexo.
- Las mujeres asocian siempre sexo y sentimientos.
- El orgasmo de las mujeres es misterioso.
- Las mujeres necesitan mucho tiempo para llegar al orgasmo.
- Las mujeres no se focalizan solamente en sus genitales, necesitan que todo el cuerpo esté involucrado.
- Las mujeres no se excitan mirando imágenes pornográficas, para ellas el mirar no es tan importante como para los varones, su placer es más "cerebral", se excitan imaginándose historias de amor.
- Las mujeres no tienen tantas necesidades sexuales como los varones.
- Las mujeres no se masturban varias veces al día como los varones.

Todos estos estereotipos, que no tienen absolutamente ningún sustento científico, se pueden encontrar en publicaciones diversas y variadas, y la gente los suele repetir como loros, sin siquiera preguntarse de dónde salen.

¿Cómo es posible, entonces, que yo:

- alcance el orgasmo, cuando me masturbo, en un promedio de un minuto y medio (mi récord fueron 30 segundos de reloj)?
- haya tenido sexo con muchos varones sin tener ni un ápice de sentimiento amoroso por ellos, y la haya pasado fenomenal, a veces mejor que cuando estuve en una pareja estable y enamorada?
- considere que mi orgasmo es simplísimo y nada misterioso: me toco el clítoris, acabo, y ya?
- necesite tocarme solamente el clítoris para alcanzar rápidamente el orgasmo?
- me excite muchísimo al mirar (algunas) imágenes pornográficas y alcance el orgasmo mucho más rápidamente cuando miro alguna imagen?
- no introduzca ni ternura ni amor en mis fantasías sexuales, sólo puro sexo carnal?
- me pueda llegar a masturbar 10 veces en el dia, en algunas épocas de mucha líbido?

Hay dos respuestas posibles a mis preguntas:

1) soy varón y nunca me había percatado de ello,
2) las generalizaciones sobre la sexualidad femenina son sólo estereotipos, o en todo caso construcciones sociales que nos imponen, y para nada realidades naturales, en las que las mismísimas mujeres creen porque nunca les pintaron que su sexualidad podía ser distinta.

Eso sí: cuando estoy con un varón, ni de casualidad acabo tan rápido. El tiempo que descubran cómo tocar el clítoris para que sea placentero (previo descubrimiento de que es el clítoris al que hay que tocar), como si fuera la primera vez que vieran uno, ya pasaron 20 minutos... Por lo general, prefiero terminar el trabajo yo misma, harta de que me amasen como si fueran a hacer pan.

Entonces claro, si los "estudios" son hechos por varones que se basan en su experiencia, o si se les pregunta a las mujeres acerca de cuánto tiempo alcanzan el orgasmo cuando es un varón el encargado de hacérselo alcanzar, me imagino que la cosa es medio larga...

En cuanto a que ellas lleguen a reconocer que se excitan mirando imágenes, que pueden tener sexo placentero con desconocidos por los que no sienten absolutamente nada o que se masturban varias veces al día... no way. Serían catalogadas de inmediato como putas, con las consecuencias que ello conlleva (entre otras cosas, que te digan que "te lo buscaste" en caso de abuso sexual, si empiezan a hurgar en tu vida privada).

Y lo peor es que es muy probable que efectivamente, muchas sean sinceras cuando dicen que prefieren el sexo con amor, que no se masturban o que no miran imágenes pornográficas: nos crían con la idea de que todo eso es de varones, de que nosotras soñamos con príncipes envueltos en flores y corazones, y de que el placer del varón es más importante que el nuestro (¿cuántas han fingido multiorgasmos cósmicos para hacer acabar a su pareja, cuando no han siquiera empezado a gozar?).

Párrafo aparte merece lo de que las mujeres son más "cerebrales", como si la visión de imágenes pornográficas y el mismo orgasmo no fueran actividades cerebrales en todos los casos...

(Y por supuesto, solamente se habla aquí de mujeres heterosexuales. Ignorando por completo que hay mujeres homosexuales, bi, trans, etc.)

PD: Me preguntarán por qué elegí la imagen de un varón para ilustrar una entrada sobre placer femenino. Pues porque estoy harta de que TODAS las notas o entradas sobre sexualidad estén ilustradas por minas en pelotas, sea cual sea el tema tratado, incluso cuando se habla únicamente de sexualidad de los varones (como esta, que habla de varones acosados sexualmente -con un título por demás completamente engañoso- e ilustrada por una mina en bolas). Así que para compensar, pongo la foto de un tipo sexy para ilustrar una entrada sobre las mujeres y el sexo.

viernes, 11 de abril de 2014

A las mujeres les gustan los piropos

Esta es una de las respuestas más comunes cuando despotrico contra los mal llamados "piropos", que no son otra cosa que acoso callejero: a las mujeres les gusta que le digan cosas por la calle.

Y, agregan los que saben mejor que nadie lo que les gusta a las mujeres, lo que les molesta a ellas son los piropos subidos de tono, pero si es con respeto, se vuelvan locas por que les susurran palabras dulces.

Hete aquí un estudio del Programa de Opinión Pública de la Facultad de Psicología y Relaciones Humanas de la Universidad Abierta Interamericana (UAI), realizado con ocasión de la Semana Internacional contra el Acoso Callejero que demostró que:

- Al 72,4% de las mujeres consultadas les habían silbado, gritado o deslizado palabras vulgares mientras transitaban por la calle en los últimos tiempos.

El 59,2% de ellas dijeron sentirse incómodas, intimidadas e incluso violentadas por este tipo de práctica.

- El 6,6% de los hombres consultados reconoció utilizar este método, que consideran "halagador" (parece que el acoso callejero nos lo inventamos nosotras: nadie se hace cargo).

- De ese 6%, el 57,1% cree que a las mujeres "les gusta" recibir este tipo de manifestaciones (seeee, decime puta que me encanta).

- El 56% de las mujeres expresaron que si ven a un grupo grande de hombres, cruzan la calle.

- El 42,9% sienten temor a la hora de caminar solas.

- El 86,6% consideró que habría que prohibir el acoso callejero por ley.

Todo, porque los varones "piropeadores" no se cuestionan absolutamente NADA, y tienen cero intención de cambiar su manera de actuar. 

¿Sentirse responsables de que las mujeres estén cagadas de miedo al salir a la calle? ¿Pensar que por ellos, las mujeres tenemos que elaborar estrategias de vestimenta, recorrido, actitud, comportamiento, para esquivar miradas, silbidos "piropos", agresiones? ¿Pensar que son el número quince del día y que es la repetición de los hechos que los hacen tan insoportables y que nos sentimos agredidas hasta con un "hola, bonita" al final del día?

O sea, ¿cuestionarse y cambiar su comportamiento? Naaaa, eso es para los débiles, para los maricones, nosotros somos machos y nos la bancamos... aunque no tenemos el coraje de admitir que acosamos a las mujeres en la calle.

Aquí algunos ejemplos elaborados por la campaña Acción Respeto: por una calle libre de acoso. Esto, en Argentina, es cotidiano. Y agregaría uno súper tierno que me contó alguien hace poco, de cuando estaba embarazada:

Te haría un aborto con la pija... puta...

jueves, 10 de abril de 2014

Las mujeres y los niños primero... ¿un mito?

"Las mujeres y los niños primero"... Es uno de los grandes argumentos de los masculinistas a la hora de demostrar que los hombres sufren tantas discriminaciones como las mujeres, o incluso peores.

Nosotros, dicen, en caso de hundimiento de un barco, tenemos que sacrificarnos para salvar a las mujeres y lxs niñxs. ¿Dónde quedó la igualdad? preguntan, indignadísimos, ante tamaña injusticia.

Y acto seguido, dan el ejemplo del Titanic, en el que, efectivamente, el 70% de las mujeres se salvaron, frente al 20% de los varones.

El tema es que el caso del Titanic es... una excepción.

Una excepción que ha construido un mito, el de que en caso de una catástrofe, las que se salvan son las mujeres, mientras los pobres hombres se sacrifican y mueren en atroces sufrimientos.

¿Por qué un mito? Bueno, resulta que investigadores de la Universidad de Uppsala (Suecia) estudiaron 18 grandes naufragios ocurridos entre 1852 y 2011, y se dieron cuenta de que en realidad, manda la ley del más fuerte.

Más que la ley de "las mujeres y lxs niñxs primero", los varones tienen tendencia a aplicar la ley del "sálvese quien pueda" y a salvarse a sí mismo.

En su estudio, titulado Género, normas sociales y sobrevivencia en desastres marítimos y publicado en junio de 2012 en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences de Estados Unidos, lxs investigadores han estudiado en detalle esos 18 naufragios, que implicaron a 15.000 personas de 30 nacionalidades diferentes. El resultado fue tajante: "Las mujeres tienen una desventaja de sobrevivencia clara en comparación con los varones".

Los resultados son inapelables. En promedio, lxs que mayor tasa de sobrevivencia tienen son... lxs tripulantes (61%). Luego le sigue el capitán (más de 44%, con lo cual el comportamiento del capitán del Costa Concordia, Francesco Schettino, es más común de lo que se cree). Luego, los varones, con más del 37% de posibilidad de sobrevida. Lejos están las mujeres, que tienen menos de 27% de posibilidad de salvarse, y por último lxs niñxs, con un 15%.

"En el Titanic", dicen lxs investigadores, "la tasa de sobrevivencia de las mujeres fue más de tres veces más elevada que la tasa de sobrevivencia de los varones. Pero al estudiar una muestra mucho más amplia de desastres marítimos que lo que nunca antes se había hecho, demostramos que la tasa de sobrevivencia de las mujeres es, en promedio, sólo la mitad de la de los varones. Interpretamos esto como una prueba de que la aplicación de la norma de "las mujeres y lxs niñxs primero" es excepcional en los desastres marítimos."

Y, agregan, "parece que es lo que dicta el capitán, más que la moralidad de los varones, lo que determina si se les da un trato preferencial a las mujeres en los hundimientos de barcos".

Básicamente: si no se les obliga a hacerlo (como ocurrió en el Titanic, a veces a punta de pistola), los varones intentan salvar primero su pellejo, como lo haría cualquier ser normalmente constituido.

Ante la ley del "sálvese quien pueda", una hipótesis de lxs investigadores es que los varones corren con ventaja en comparación con las mujeres: en caso de hundimiento de un barco, se salvará quien corra más rápido, sea más fuerte y pueda sortear más fácilmente los obstáculos. Todas cosas, y eso lo agrego yo, son más difíciles si se viste con polleras, zapatos incómodos o si hay que hacerse cargo de lxs niñxs, trabajo que, por lo general, le incumbe a las mujeres. Niñxs a lxs que, visiblemente, también les importa tres pepinos a los varones.

El "las mujeres y lxs niñxs primero" es una ley que, en realidad, estaría destinada a favorecer y salvar a lxs niñxs ante todo (los seres más indefensos), y puesto que son las mujeres las que se encargan de ellxs, pues a ellas también es a quien habría que salvar.

Y resulta que el estudio muestra que al final, lxs niñxs son lxs que menos posibilidad de salvarse tienen.

Ya me hablarán del duro sacrificio de los varones y de la horrible discriminación que viven por esa ley de "las mujeres y lxs niñxs primero": no solamente tienen ínfimas posibilidades de estar en una situación similar a la del hundimiento de un barco, sino que la realidad muestra que ante los hechos, no aplican esa ley que supuestamente tanto los desfavorece.

Sin embargo, los masculinistas la siguen esgrimiendo a la hora de demostrar lo horriblemente discriminados que son los varones en comparación con las mujeres...

domingo, 6 de abril de 2014

Los hombres también se depilan

Es muy común que, cuando me quejo de la norma impuesta a las mujeres sobre depilación (o sobre cualquier otra norma social sobre el cuerpo, la vestimenta, la apariencia), me contesten que ahora la cosa es más igualitaria, porque los varones también, cada vez más, son alentados a depilarse y a estar atentos a su apariencia.

En realidad, no es exactamente lo mismo. La norma, para los varones, no es la depilación y el cuidado extremo del cuerpo (maquillaje, ropa, flaqueza, etc.). Las sociedades occidentales siguen teniendo una actitud radicalmente distinta ante la "belleza" femenina y la "belleza" masculina.

En nuestra sociedad, los varones que se depilan, que pasan "demasiado" tiempo cuidando su apariencia, son considerados "sospechosos", "raritos", por no decir "putazos". No son los representantes de la masculinidad tal como se espera que sea (entendiéndose, por supuesto, que los gays no son "hombres de verdad").

De un hombre "de verdad", de un macho varonil, de los que serán reconocidos por sus pares como "varones", no se espera que se depilen el pecho, las piernas, las axilas. A lo sumo, algunos se depilarán el pubis, siguiendo el ejemplo de las películas porno, y con el argumento de que "es mejor para el sexo oral".

Pero no es una norma, como sí lo es para las mujeres, no es una exigencia, y dado que se trata de una parte "oculta" del cuerpo, no recibirán una reprobación social si no lo hacen, pues las únicas personas en enterarse son ellos mismos, y sus eventuales parejas.

Algunxs me dicen: "Bueno, pero un varón que se quiere pintar o depilar también será discriminado".

Sí, precisamente: la masculinidad hegemónica, es decir, lo que se espera de un varón para que entre en la categoría "varón", exige de ellos que sean lo más naturales posibles. Nada de modificar demasiado su apariencia, de sacarse lo que la naturaleza les dio como el pelo en pecho, axilas, piernas, nada de aparentar otra cosa que lo que son (pintura en el rostro o en las uñas). 

La femeneidad hegemónica exige exactamente lo opuesto: que sean lo menos naturales posibles, y que pierdan mucho tiempo y dinero en depilación, cosméticos, pintura, cremas para adelgazar, ropa sexy, tacones altos, etc.

La historiadora Ilana Lowy explica, en "L'Emprise du genre" (la influencia del género), citando a la socióloga Kathy Davis, que
"el interés de las mujeres por la belleza (...) sigue siendo considerado como "normal" porque reafirma su identidad profunda. La mujer estereotipada es bella, y preocupada por su apariencia. Los varones que muestran un interés comparable de preocupación por su apariencia son considerados como "raros". Tal preocupación sólo es tolerada para un pequeño número de varones: celebridades del mundo del espectáculo y de los medios de comunicación, actores, bailarines, creadores de moda. Pero se considera que se contradice con la racionalidad dominante y la masculinidad hegemónica. Esta última no se asocia con una fuerte preocupación por la apariencia, sino con el ejercicio del poder en el mundo. El "varón enamorado de belleza", que se ubica del lado del divertimiento agradable, no es un símbolo de masculinidad. Pero el "varón racional" sigue dominando las altas esferas de las organizaciones económicas, políticas o militares y diseñando la vida intelectual."*
Así que no, no se puede poner en paralelo el hecho de que algunos varones, como actores, cantantes, personajes de la farándula, que viven de su apariencia, también se depilen, se pongan base en el rostro o se apliquen botox, y la presión que existe sobre todas las mujeres, en cada instante de su vida, para que se transformen radicalmente (lo cual me hace pensar que, en el fondo, se considera que las mujeres son feas naturalmente), a fin de ser deseables por los varones, algo que se les impone como la meta última de su vida.

*Ilana Löwy, L'emprise du genre. Masculinité, féminité, inégalité, ed. La Dispute, Paris, 2006 (lamentablemente, creo que no traducido al castellano por ahora).