viernes, 8 de julio de 2011

Yo aborté, y estoy bien, gracias

Las mujeres que abortan siempre quedan traumadas: es uno de los grandes argumentos de los mal llamados "provida".

Natalia Fassi "a favor de la vida"
Con la idea de desalentar a las mujeres que quieren abortar, la diputada argentina Cynthia Hotton, una evangélica ultraconservadora y que no oculta su homofobia, lanzó una muestra de fotos de dudoso gusto de la modelo Natalia Fassi, embarazada, "a favor de la vida" (vale aclarar que en su cuenta de Twitter, la modelo, embarazada de ocho meses y medio, se ufanó de haber engordado solamente cuatro kilos y medio, un concepto bastante personal de lo que es la "defensa de la vida").

"El aborto es una práctica que perjudica física y psicológicamente a la mujer y le trae consecuencias que en muchos casos son irreversibles", dijo Hotton, sin dudar un segundo de su afirmación.

En Argentina y en la casi totalidad de los países latinoamericanos, el aborto es una práctica muy extendida, muy corriente, casi banal... pero ilegal. Por más que el aborto esté prohibido por ley, las mujeres abortan. Lo único que provoca el hecho de prohibir el aborto no es impedir que haya abortos (500.000 mujeres abortan todos los años en Argentina pese a que esté prohibido), sino poner en peligro la salud de la mujer que aborta.

El aborto, practicado en condiciones sanitarias correctas, es una práctica muy simple, un procedimiento médico rápido y cuasi indoloro, y que no acarrea ningún problema físico para la mujer. Es más, el aborto practicado en buenas condiciones es menos peligroso que... un parto. O sea, si fuera solamente pensando en su salud, a una mujer embarazada le convendría abortar antes que seguir adelante con el embarazo.

En muchos lugares en que el aborto ya es legal, las personas que se oponen a que las mujeres puedan elegir (y que se hacen llamar "provida", cuando evidentemente no están a favor de la vida, sino a favor de la muerte de las mujeres que abortan, porque ilegalizar el aborto, como dije antes, sólo vuelve peligrosa su práctica, no salva embriones) esgrimen el argumento del "trauma" para las mujeres que abortan.

En muchos sitios anti-elección, el discurso ya no es: "Abortar es un crimen" (porque saben que las mujeres abortan de todos modos si no desean seguir adelante con un embarazo no deseado) sino: "Abortar es siempre traumático".

Y si una mujer que abortó no siente ningún trauma... es porque todavía no se dio cuenta de que está traumada, pero ya le va a llegar... "Psicológicamente, la mujer se deshumaniza, pero no tiene consciencia de ello", leí hace poco en uno de esos sitios. "La negación de reconocer los problemas psicológicos puede durar décadas antes de que la mujer sea consciente". O sea, mujeres que abortan, aunque ustedes crean que se sienten aliviadas porque pudieron elegir cuándo y en qué circunstancias tener hijxs o no, en realidad están deprimidas y no lo saben y tarde o temprano (aunque esa ilusión dure hasta el fin de sus vidas), les va a llegar el momento.

Varios estudios recientes muestran que la mayoría de las mujeres que abortaron un embarazo no deseado sienten alivio. La culpa viene de afuera, de discursos "anti-elección" del personal médico o del entorno. Recuerdo a una amiga que fue al médico a abortar (en un país en que el aborto es legal) y la médica le dijo: "Antes de hacerlo, hable a su bebé, dígale lo que le va a hacer". ¿Cómo una mujer que puede llegar a ser frágil psicológicamente no se va a sentir traumada con un discurso de este tipo?

Según un estudio reciente, es el estado psicológico de la paciente antes de la interrupción voluntaria de embarazo (IVE) el que determina su estado luego de la IVE. Entre el 1 y el 20% de las mujeres que abortan sufren problemas psicológicos luego de un aborto, pero la inmensa mayoría de ellas ya tenía problemas antes del aborto.

Pero si a una mujer no se la culpabiliza por abortar, si se le practica el aborto sin juzgarla y en condiciones no traumáticas, y si aborto un embarazo no deseado (la situación que abortan un embarazo deseado por razones médicas puede ser distinto, por supuesto) no tiene por qué estar necesariamente traumada.

Pueden leer los resultados de algunos de esos estudios aquí (estudio del American Psychological Association APA) y aquí (Universidad Johns Hopkins).

En Francia, donde el aborto está despenalizado desde 1975 y ha sido totalmente legalizado en 2001, un grupo de mujeres jóvenes, hartas de escuchar que una mujer que aborta tiene que sentirse mal sí o sí lanzó un blog, llamado: "IVE, me siento bien, gracias!". La ilustración del blog muestra a una mujer que responde alegremente "¡Mierda!" a un varón que le pregunta, furioso: "Pero vas a llorar, ¿sí, o mierda?"

Estas jóvenes dicen ser las "hijas" de las 343 mujeres que, en 1971, en plena lucha por la despenalización del aborto, firmaron un manifiesto publicado en la prensa francesa, en el que reivindicaban el haber abortado.

"El manifiesto de las 343", explican, "sacó el aborto del silencio de las clínicas privadas extranjeras que podían pagarse algunas mujeres, y de los apartamentos miserables en los que las más pobres iban a buscar aborteras. Este acto de desobediencia civil visibilizó el aborto y lo convirtió en una cuestión política. Obligó a los políticos a mirar enfrente a las muertas y las lisiadas que su ley absurda había enterrado. Obligó a los políticos a mirar al aborto en la cara".

Cuarenta años después, las que se hacen llamar "hijas" de esas 343 afirman que el aborto no tiene por qué ser un drama: el aborto no es un problema, es la resolución de un problema. Y lo explican en su propio manifiesto: "El aborto es presentado regularmente como un drama del que una no se puede reponer, un trauma sistemático. Estos discursos sobre el aborto son eslóganes alejados de lo que vive la mayoría  de las mujeres, tienen como meta asustarlas y culpabilizarlas. Estamos hartas de que nos dicten lo que tenemos que pensar y sentir. (...) Estamos hartas de esta forma de maltrato político, mediático, médico. Abortar es nuestro derecho, abortar es nuestra decisión. Esta decisión debe ser respetada: no somos idiotas o inconsecuentes. No tenemos por qué sentirnos culpables, vergonzosas o necesariamente desdichadas. (...) Decimos alto y claro que el aborto es nuestra libertad y no un drama. Declaramos haber abortado y no tener ningún arrepentimiento: estamos muy bien".

Sigue una serie de testimonios de mujeres que relatan su aborto y afirman no sentirse traumadas.

Ojalá, algún día, las mujeres argentinas puedan decir alto y claro, ellas también: "Aborté y estoy muy bien, ¡gracias!" Porque el aborto es, no me cansaré de repetirlo, la condición sine qua non de la igualdad entre varones y mujeres.