martes, 22 de diciembre de 2009

¡Vacaciones!

Porque nadie me paga por hacer este blog,
porque no me tomo vacaciones de verdad con el blog desde su creación,
porque quiero pasar las fiestas lejos de la computadora,
porque yo también necesito descansar de la lucha contra el sexismo...

...por todos estos motivos he decidido tomarme unas vacaciones del blog hasta principios de enero.
Justificar a ambos lados
Esto quiere decir que por más comentarios que me envíen a partir de este martes 22 de diciembre, no los validaré hasta el 4 de enero, ni publicaré entradas nuevas hasta esa fecha.

Esto hará menguar la cantidad de lectoras y lectores, pero bueno, ¡es un riesgo que estoy dispuesta a correr para aliviar un poquito mi mente!

Les aliento, durante mi ausencia, a leer toooodas las entradas que nunca tuvieron tiempo de leer, ¡hay muchas y para todos los gustos! :-)

Felices fiestas a todas y a todos, ¡y que el 2010 nos traiga educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal, seguro y gratuito para no morir, matrimonio para personas del mismo sexo, y en general, igualdad de género!

Bastadesexismo

lunes, 21 de diciembre de 2009

Quedé embarazada y...

Hace unos días, tuve una reunión de reencuentro con alumnas de un instituto de danza al que concurría cuando era adolescente. Para muchas de nosotras, no nos habíamos vuelto a ver desde nuestros 16 o 17 años. Ahora tenemos 34 o 35.

Una tras una, relatamos lo que nos había sucedido en todos estos años. Y me sorprendió algo. Muchas de las que tuvieron hijos contaron lo mismo: estaban estudiando una carrera, quedaron embarazadas, no terminaron la carrera, tuvieron otros hijos y ahora son secretarias, trabajan en un banco, en fin, tienen un trabajo aburrido y en el que nunca podrán desenvolverse profesionalmente.

Todas contaron eso con un tono resignado y para nada alegre. No es que dijeron: "Estaba estudiando y elegí privilegiar tener hijos y decidí dejar la carrera y dedicarme a mis hijos".
Todas dijeron: "Bueno, estaba estudiando, quedé embarazada, y, bueno... es así, qué se le va a hacer... Dejé la carrera y ahora soy secretaria".

O sea, no sentí en ellas una reivindicación de sus elecciones, sino más bien una resignación ante un hecho consumado.

Mi primera pregunta es: ¿por qué quedaron embarazadas mientras estaban estudiando?

Mi segunda pregunta: ¿en algún momento se les cruzó abortar para posponer la maternidad hasta después de terminar la carrera?

Mi tercera pregunta: ¿por qué dejaron la carrera?

A la primera pregunta, supongo que hay dos posibilidades. La primera es que fue un accidente. Son todas mujeres de familias más bien de clase media alta, educadas, con acceso a los métodos anticonceptivos. ¿Un accidente en esas condiciones? Es posible, porque un preservativo se puede romper, una pastilla puede ser olvidada. Digamos que es raro.
La otra posibilidad: el embarazo fue deseado. Pero si fue deseado, ¿por qué elegir embarazarse justo durante la carrera?
La única respuesta que me surge es que no se dieron cuenta de lo que significaba tener un hijo, pensaron que lo podrían hacer todo, hasta que se enfrentaron con la realidad. La falta de información fue la que las llevó a hacer esta elección. Si hubieran estado más informadas, no habrían hecho esta elección. Lo cual me lleva a pensar que se oculta la información a las mujeres para que sigan pariendo sin saber a qué se exponen.

Si fue un accidente, llegamos a la otra pregunta: ¿por qué no abortaron? Puede ser por varios motivos: convicciones personales, miedo a tener un problema de salud dado que en Argentina el aborto se practica en la clandestinidad, o presión de la pareja o de la familia.

Tercera pregunta: ¿por qué dejaron la carrera? Esto es lo que más me llama la atención, porque todas, en el momento de embarazarse, estaban en pareja, y de hecho seguían con la misma pareja al día de hoy. O sea, ellas tuvieron que dejar la carrera, ¿y sus parejas? ¿Qué dejaron por tener un hijo? ¿Su carrera? ¿Su trabajo? Visiblemente, nada de nada. Sus parejas no modificaron en nada su vida. Fueron ellas las que sacrificaron sus estudios, su carrera, su trabajo, y por lo tanto parte de su vida.

Sí, ya sé, lo eligieron, nadie les puso una pistola en la sien. Pero ¿realmente lo eligieron? ¿O todo en esta sociedad incita a que sean las mujeres las que se encarguen de los niños pequeños, mientras se insta a los hombres a seguir con su trabajo para mantener a la familia? ¿Se trata de una elección real de parte de hombres y de mujeres?

Lo que más me entristece es que esas mujeres, el día que se divorcien (porque estadísticamente es casi seguro que esto ocurra), se van a dar cuenta de que tienen un trabajo de mierda que les rinde dos centavos y no les alcanza para vivir. Y mucho menos para criar a sus hijos, porque por supuesto, ellas serán las encargadas de cuidarlos día a día, mientras que los padres de las criaturas, nuevamente, estarán exentos de responsabilidades diarias.

En esas condiciones, las mujeres reclaman dinero, el departamento, el auto de su ex marido... Y los hombres se quejan de que los dejaron en la calle y sin un mango, sin darse cuenta de que las mujeres habían dejado todo, sus estudios, su carrera, un trabajo que les gustaba o una carrera apasionante, para poder criar a los hijos de ambos.

Así como a ninguno de esos hombres se les ocurrió compartir la crianza y sacrificar ellos también algo para que ellas pudieran seguir con su carrera, a ningún padre, en el momento del divorcio, se le ocurrirá pedir la tenencia compartida, es decir, un arreglo para que los hijos estén la misma cantidad de tiempo con los dos padres.

La inmensa mayoría de ellos se conformará con verlos los fines de semana y las vacaciones, pagar una cuota alimentaria (cuando la pagan, cosa que en la mayoría de los casos, no ocurre) y punto. ¿Quién se tendrá que encargar de la educación diaria, de lavar la ropa, de plancharla, de hacer de comer, de bañarlos, de llevarlos a la escuela, al médico, a la casa de los amiguitos, de ir a las reuniones de padres (en las que solamente van las madres), de faltar al trabajo cuando enfermen, de sacrificar las salidas a la noche, las cenas con amigos?

Ellas, por supuesto.

Pero eso sí: los hombres se quejarán de no ver nunca a sus hijos, de haber dejado la casa a su ex, esa bruja malvada (¿se dieron cuenta de que en boca de los hombres, todas las ex son brujas que lo único que les interesa es sacarles el dinero?), de tener que pagar la cuota alimentaria (qué feo, no, encima de no tener ninguna responsabilidad diaria con los hijos, tener que pagar por ellos...).

O sea, se van a poner como víctimas, sin darse cuenta del sacrificio de por vida que sus ex hicieron con los hijos de ambos. Sacrificio que ellos no habrán contribuido en evitar. Al contrario, me imagino que muchos les habrán dicho: "No te preocupes, yo me encargo de todo, vos quedate en casa y ocupate de dar la teta".

La verdad, nuevamente, qué fácil que la tienen los hombres... Yo también en esas condiciones tendría tres o cuatro hijos sin ningún problema. Total, la persona que se encarga es la otra, yo sigo tranquilita con mi vida, mi carrera, subiendo en la jerarquía de la empresa, apasionándome por lo que hago, creciendo, desenvolviéndome en mi trabajo, haciendo grandes inventos y haciendo progresar la humanidad resolviendo problemas complejos.

Y después, tienen el toupé de decir que si las mujeres no llegan a cargos gerenciales, es porque no quieren...
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viernes, 18 de diciembre de 2009

¿Racismo o sexismo?

A veces es difícil hacer la diferencia. Uno de los dos es, sin lugar a dudas.

Título del diario La Nación, acerca de la detención de una joven por tráfico de droga en Ezeiza: "Rubia, joven y con la valija llena de cocaína".

Y en el cuerpo de la nota, el periodista reincide: "María N., rubia, de 21 años, quedó detenida a las 13 de anteayer..."

¿Rubia? ¿Qué aporta esta información? ¿Sería menos grave si fuera morocha? Si fuera morocha, ¿sería entendible que sea una delincuente, porque se supone que las morochas son más proclives al delito que las rubias, necesariamente de buena alcurnia? En ese caso, se trataría de racismo.

¿O bien es que, simplemente, al periodista le parece relevante el aspecto de una mujer en cualquier circunstancia? En este caso, sería sexismo. ¿Se imaginan lo mismo para un hombre? "Juan P., rubio, de 21 años, quedó detenido..."

Sea como sea, esta nota me hace pensar que mi optimismo de la otra vez estaba poco fundado...
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martes, 15 de diciembre de 2009

Por qué las mujeres reproducen el machismo o La violencia simbólica

Incontables cantidades de veces, me dicen, cuando me quejo, que nadie obliga a las mujeres a ceder a los mandatos patriarcales, a ponerse tacos altos, pintarse, ponerse minifaldas, quedarse en casa cuidando a los niños, depilarse etc. Que las mujeres que hacen todo eso lo eligen, porque les gusta.

Por supuesto, nadie está poniendo una pistola en la sien a esas mujeres. Pero hablar de elección en todos los casos es ignorar el lavado de cerebro que hombres y mujeres reciben desde que nacen para actuar de tal o cual forma.

Basta preguntarse por qué los hombres se ponen pantalones y no faldas. ¿Es porque realmente eligen no ponerse faldas? ¿Acaso se plantean: "Bueno, bueno, qué me pongo hoy, un pantalón o una falda? Oh, no, mejor un pantalón porque me gusta más que las faldas"?

Los hombres llevan pantalones porque les ponen pantalones desde que nacen, y porque escuchan desde que nacen que las polleras y los vestidos son "para las nenas".

¿Qué posibilidad de elección real tienen? ¿Les parece que se puede decir que llevan pantalones por gusto propio, o porque ese "gusto" fue impuesto desde que nacieron?

Un hombre ¿quiere ponerse pantalones, o es lo que se supone que debe hacer para ser reconocido como hombre y aceptado por la sociedad?

Para las mujeres, pasa lo mismo. Su ejemplo de mujer es, de acuerdo a los cánones impuestos en nuestra sociedad y nuestra cultura occidental, una mujer flaca, joven, blanca, sin arrugas, sin canas, sin celulitis, pintada, con vestidos escotados o polleras cortas, tacos altos e impecablemente depilada. Nos machacan el cerebro con esas imágenes, en todos los medios y ámbitos, desde que nacemos. Les ponen aritos a las nenas recién nacidas, como para marcar su género desde el vamos, y enseñarles ni bien pegan el primer grito que tienen que ir decoradas.

Una mujer ¿realmente quiere ser flaca, depilada, pintada, con polleras y tacos, o es lo que se supone que debe hacer para ser reconocida como mujer y aceptada por la sociedad?

Bueno, esa "imposición", que no es por violencia física, sino por un muy sutil lavado de cerebro operado desde el nacimiento, es lo que el sociólogo francés Pierre Bourdieu llama la "violencia simbólica", que lleva a una "dominación simbólica".

La dominación simbólica es una dominación que funciona en la medida en que la persona dominada no tiene plena consciencia de sufrir una dominación. Por eso, esa persona es ella misma cómplice de la dominación. Cree que le gustan los tacos altos y las polleras, cree que le gusta toda la parafernalia de la "feminidad", sin saber si realmente le gusta, o si se le fue impuesto desde que nació y a lo largo de su vida.

Las mujeres, entonces, son totalmente inconscientes de esa dominación, en la que participan y colaboran áctivamente, llegando incluso a defenderla ("si me pinto o me pongo tacos altos es porque me gusta", "si me depilo es porque así me siento más cómoda", etc.).

Porque nadie quiere reconocer que hace las cosas por imposición, y no por elección. El momento en que uno o una se da cuenta de que no hace prácticamente nada por elección real es bastante feo. Lo sé porque lo viví.

Ojo, los hombres también sufren esa dominación simbólica: el deber de virilidad, el cual es una carga terrible. Y también son inconscientes de ella. De nuevo, no se ponen pantalones porque los prefieran a las faldas, sino porque desde que nacieron les hicieron entender que los varones deben llevar pantalones para ser viriles (= para no ser afeminados, lo cual sería el colmo del horror).

Digamos que los hombres son "víctimas relativas" del machismo, como dice Bourdieu, porque ellos tienen privilegios, desempeñan el papel positivo, principal, son visibles mientras que las mujeres son invisibles (en el lenguaje, por ejemplo), la vestimenta que se les impone es más cómoda que la vestimenta impuesta a las mujeres, las exigencias sobre su cuerpo son menores que las que pesan sobre las mujeres (no se tienen que depilar, ni pintar, ni dejar crecer las uñas, ni poner joyas, etc. etc.).

Entonces, hombres y mujeres reproducimos, sin saberlo, esquemas que se nos fueron impuestos desde la infancia, no por la violencia física, sino a través de una violencia simbólica.

Por eso es que las mujeres reproducen el machismo, tanto como los hombres. Porque no son conscientes de esa dominación.

Entonces no hace falta ponerles una pistola en la sien para que se depilen y se pinten y se pongan tacos, así como no hace falta poner una pistola en la sien a los hombres para que se pongan pantalones y no faldas. Claro que en el caso de los hombres, las exigencias son tan escasas que en general no se quejan (excepto los que quieren ponerse faldas, pero son una minoría). A lo sumo, putearán contra la corbata o el afeitado de la barba para ir a trabajar. Pero para las mujeres las exigencias van mucho más allá del mero ámbito laboral.

Para que una mujer pueda liberarse de esa presión, tiene que haber sido vestida con ropa neutra desde su nacimiento, y/o criada con una ideología igualitaria y con la fuerza suficiente como para resistir a los mensajes del resto de la sociedad (publicidades, televisión, revistas "de mujeres", moda, etc.), o bien tiene que hacer un trabajo de deconstrucción muy largo y difícil, que pasa por reconocer la dominación a la que fue sometida, para poder superarla. Sólo después de eso, podrá considerar que es libre de depilarse o no, ponerse tacos o no, pintarse o no.

Porque ojo, no estoy diciendo que hay que dejar de depilarse o de pintarse en todos los casos.

Simplemente digo que hoy por hoy, raras veces se trata de una elección real. Me encantaría que algún día, hombres y mujeres podamos hacer lo que realmente se nos cante, sin que sea una imposición social. Si un hombre se quiere depilar, que lo haga sin que la gente se burle. Y si una mujer quiere dejarse el pelo de las axilas, lo mismo. Mientras todas las opciones no estén al alcance de todos y todas sin prejuicios, no se podrá hablar de elección real.

Es desde la pequeña infancia que hay que actuar. Sólo que para eso, hay que modificar todo el entorno social: la manera de educar a lxs niñxs, la televisión, el cine, las propagandas, la escuela, la sociedad entera. Probablemente no viva los años suficientes para ver llegar ese momento...
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domingo, 13 de diciembre de 2009

Malditos pelos

El otro día estaba en la calle y de repente apareció un hombre con el torso desnudo y completa y absolutamente peludo.

Me quedé conmocionada por esta visión simiesca de ese hombre que parecía exhibir su pilosidad como un trofeo de caza.

Y pensé: qué suerte que tienen los hombres. Y volví a pensar en eso de la envidia del falo. Les importa tres pepinos tener pelos y ser más próximos a orangutanes que a seres humanos. Nadie les va a decir nada por tener pelo tupido en el torso, la espalda, las nalgas, las axilas. Es más, la aparición del primer vello es tema de orgullo.

Y nosotras, al lado, somos capaces de dejar de ir a la playa o a la pileta si nos damos cuenta de que tenemos tres pelitos en las piernas o debajo de las axilas, so pena, sobre todo en Argentina, de que nos miren como mamarrachos. Y soportamos comentarios de amigos, novios, familiares, si cometemos la osadía de no depilarnos durante tres semanas.

Eso sí, esos mismos amigos, novios, familiares, son los primeros en decir: "Qué tontas esas mujeres que son capaces de no ir a la playa porque no se depilaron": parte de las eternas contradicciones a las que somos sometidas.

Yo misma, feminista, mujer libre, independiente, me he sorprendido poniéndome un pantalón con 45 grados de sensación térmica porque no me había depilado, en lugar de un short o una pollera, estando de vacaciones...

¿Qué nos pasa a las mujeres que somos capaces de renunciar a placeres de la vida como ir a tomar sol o a nadar o pasear con las piernas al aire porque no nos depilamos?

¿Por qué aceptamos que los hombres anden como simios en libertad por la ciudad (de hecho, odio a los hombres que se ponen torso desnudo en la ciudad, me parece una falta de decoro total), y aceptamos que nos miren con cara de asco (y nos miramos a nosotras mismas con asco) si tenemos tres pelos en las axilas?

¿Qué diferencia intrínseca hay entre el pelo de los hombres y el pelo de las mujeres?

Y si el pelo es tan feo, o es tan higiénico depilarse (argumento que escuché por ahí para justificar que las mujeres se depilen las axilas o el pubis), ¿por qué somos nosotras las que nos depilamos, cuando por lo general tenemos muuuucho menos pelo que los hombres y, por lo tanto, deberían ser ellos los que se depilen con mucho más razón que nosotras?

Me dicen que los hombres se tienen que afeitar. Puede ser. Pero si quieren andar con barba de tres días durante sus vacaciones, pueden, nadie les va a decir nada, no van a dejar de ir a la playa por temor al qué dirán.

Yo si llego a la playa con bigote saliendo del traje de baño, como hacen la inmensa mayoría de los hombres, la reacción más liviana sería una carcajada. Y después dicen que nos depilamos por elección y por gusto...

Si fuera el caso, ¿no les parecería mucha casualidad que toooodas las mujeres tengan el mismo gusto por la depilación, y tooodos los hombres el mismo rechazo?

PD: Preciso que la foto la saqué de Internet...
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sábado, 12 de diciembre de 2009

Momias del machismo

Tengo que compartir con ustedes una nota que acabo de leer en el diario La Nación. Estaba haciendo una búsqueda sobre las momias que fueron halladas en la provincia de Salta en 1999, y encuentro una entrevista a una de las arqueólogas argentinas del equipo que realizó los hallazgos.

Casi me estrangulo con las preguntas del periodista: después de precisar que la arqueóloga es "rubia, delgada y de media estatura" (seguramente algo imprescindible para ser arqueóloga) vienen las preguntas:
"Por ser mujer, ¿tiene dificultades con los hombres de la expedición? ¿Tiene novio?"
Así, en la misma pregunta: ¿tiene novio?

¿Qué tiene que ver una cosa con la otra?

Creo que el periodista podría haber sido menos hipócrita y haber formulado mejor su pregunta, algo así como: "Si tiene novio, ¿su amo le autoriza a estar tanto tiempo a solas con tantos hombres?"

Pero la cosa no termina ahí. Al contestar ella que no pensó en tener novio, el periodista le dice:
"Pero en esas soledades su belleza puede ser un imán..."
WHAT THE F...???

¿Se imaginan las mismas preguntas para un arqueólogo hombre? ¿Precisar el color de su pelo, preguntarle si tiene novia y decirle que su belleza puede ser un imán en esas soledades?

Pasaron exactamente diez años desde esta nota. ¿Hoy día sería posible leer tantas barbaridades machistas dignas de una momia? No lo sé. Tengo la ilusión de que no. ¿Ustedes qué dicen?
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martes, 8 de diciembre de 2009

Los ayatolás del amamantamiento


Después de la Unicef, le toca a la Ciudad de Buenos Aires lanzar una campaña en favor del amamantamiento. Con un eslogan bien claro: "Prioridad 1: los chicos".

Porque a partir del momento en que una mujer da a luz, ella ya no importa. Primero viene su bebé. Ella queda anulada como persona (de hecho, la publicidad no muestra una persona, muestra una teta), como mujer, como ser humano subjetivo, que piensa, elige, tiene opiniones, hace elecciones, sufre o goza. Lo único que importa es su bebé, y lo que la sociedad considera pertinente en ese momento para ese bebé.

Pongo en cursiva "en ese momento", porque la presión increíble que desde hace unos años reciben las mujeres para amamantar es exactamente la misma que recibían durante la Segunda Guerra Mundial en Europa para no amamantar y para que se incorporaran a la industria de guerra dado que la fuerza laboral masculina estaba menguando.

Como muy bien lo explica Marcelo Pisarro en la entrada Día de la madre: amamantar hasta que las lolas sangren, de su blog Nerds All Star, "las publicidades gubernamentales, en relación al amamantamiento, vibraron al son de los vaivenes económicos y políticos".

Lo que hoy nos presentan como una obligación absoluta so pena de que nuestro bebé se muera a los seis meses o sufra retraso mental y físico, en otras épocas era considerado nefasto para la sociedad.

¿Lo que cada mujer desea, elige, quiere, puede? Eso no importa: primero los chicos, de acuerdo a lo que impone cada época.

En la página del Gobierno de la Ciudad te dicen: "Dale el pecho a tu bebé cuando lo pida y olvidate del reloj". Encima, ¡a demanda! Toda la vida dijeron que a los bebés había que imponerles horarios sino se volvían malcriados y caprichosos, y ahora hay que darles la teta a demanda. Y tienen el desparpajo de explicar que "una lactancia prolongada ayuda a formar personas fuertes e independientes".

¿Independientes? Fuertes, vaya y pase, pero ¿independientes? ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra, y más si le damos teta cada vez que chillan?

Y que las mujeres se vuelvan esclavas del bebé (porque esa es la realidad del amamantamiento a demanda, cuando hay que dar la teta entre 8 y 12 veces por día), que ellas pierdan su independencia, eso no importa.

Pero aparte, si hablamos de dar "lo mejor" para el bebé y considerarlo la prioridad número uno, entonces todas las madres y todos los padres tendrían que mudarse al campo, porque la contaminación de las ciudades es nociva para los recién nacidos.

Y también tendrían que hacer campañas públicas para incitar a los padres y las madres a tirar la tele por la ventana, por la mala influencia que representa (¿esa campaña se hará por la tele?), y a dejar de tener Internet para no exponer a su hijo al peligro de los pedófilos.

¿Lo hacen? No. Aunque está comprobadísimo que la contaminación hace estragos a los recién nacidos. Pero eso sí: con el cuerpo de las mujeres se dan todos los gustos para imponer lo que está bien y lo que está mal.

Hace unas semanas, salió uno de esos brillantes estudios que demostró que los bebés cuyas madres no trabajan y se aburren se quedan en casa ocupándose de sus hijos son más inteligentes, o más felices, o más sanos, no me acuerdo. Algo por el estilo.

Las madres, claro, ¿eh? No los padres. No se trata de que uno de los dos padres, no importa cual, se quede en casa cuidando al crío. No, señor. La nota decía "las madres". Son ellas las eternas abnegadas las que tienen que sacrificar su carrera para que el bebé sea más feliz.

Bueno, entonces lancemos una campaña para que las mujeres se queden en casa cuidando al bebé y dejen de trabajar. Qué raro, no, porque es exactamente lo que pregonaban los gobiernos dictatoriales como el de Franco o de Videla: las mujeres en la casa cuidando a los hijos y recibiendo al marido cuando llega exhausto de laburar.

Hoy, parecería totalmente incongruente que el Estado promueva ese tipo de sociedad. Pero al fin y al cabo, si es "lo mejor para el bebé", ¿por qué no? Todo sea para el bebé, ¿no es así? Cagándonos en lo que desea su madre para su propia vida, porque ella es lo de menos. Encima sería una manera de luchar contra la desocupación...

De hecho, me parece que la presión que existe para incitar a las mujeres a una lactancia "prolongada", como dice la campaña, es un intento pernicioso de que las mujeres regresen a sus casas. Porque a ver, intenten amamantar trabajando ocho horas por día fuera del hogar. Es imposible. Y no me digan que con la hora que "regalan" por ley a las mujeres que amamantan, se pueden arreglar.

Decir que las mujeres tienen que amamantar sí o sí de manera prolongada y a demanda, es equivalente a decirles que tienen que dejar de trabajar. Genial. En una época en que dos sueldos alcanzan apenas para vivir, me parece fantástico poner esa presión sobre las mujeres.

Y mientras tanto, el papá se desenvuelve en su profesión, sube los escalones de la jerarquía de la empresa, gana dinero... Y la mamá, totalmente dependiente del padre de la criatura, se dedica a hacer de vaca lechera, y minga que después pueda volver a laburar con el mismo salario que antes y en las mismas condiciones. Ni que hablar de tener una verdadera carrera en la que se sienta realizada.

Después se preguntan por qué las mujeres ganan, en promedio, un 14% menos que los hombres...

Así que la objetividad de la ciencia que asegura que lo mejor para el bebé es, dependiendo de las necesidades económicas de la época, no amamantar, o amamantar, me la paso por el culo.

Más allá de las campañas oficiales, algunos aseguran que (cita textual sacada del sitio web de una de esas organizaciones terroristas pro-amamantamiento a toda costa): "La leche de la madre es propiedad del hijo".

O sea, el cuerpo de la madre es objeto de una apropiación: un derecho patrimonial del que dispone el bebé. Esto es totalmente inconciliable con la visión de las sociedades occidentales sobre la libertad individual, el derecho a disponer y a decidir sobre su propio cuerpo. Porque el primer derecho humano es el derecho a la integridad física.

Una cosa es que se diga que la lecha materna es más sana para el bebé. Por qué no. Pero otra, muy distinta, es que se diga que las mujeres tienen la obligación moral de amamantar, porque es considerar a las mujeres como máquinas cuya finalidad es el bien del otro. Y yo lo lamento, pero tenga o no hijos, mi misión en la vida no es sacrificar mi felicidad, mi independencia, mi carrera, mi desenvolvimiento profesional, por otro ser. Si algún día tengo hijos, pretenderé ser ante todo una mujer feliz, equilibrada, contenta con su familia y con su trabajo y sus actividades, a fin de ser un ejemplo de plenitud para mis hijos, en lugar de dar una imagen de sacrificio, abnegación, y forzozamente, de resentimiento, como tantas madres, cuyos hijos luego se quejan de que grite todo el tiempo y sea una resentida de la vida.

Muchas mujeres (y hombres) son víctimas de estas ideologías que parecen hacer la apología de la Mujer con una M mayúscula (Mujer abnegada, Mujer sacrificada), sin darse cuenta a qué punto este tipo de discurso es machista, violento y liberticida. El mandato impuesto a las mujeres, en nombre del interés del bebé, de renunciar al derecho a disponer de su cuerpo, es una doctrina que las transforma en máquinas.

Hoy día, con la cantidad de campañas que hay y el terrorismo ejercido por los ayatolás de las organizaciones tipo Liga de la Leche, ya no se trata de informar, sino, de manera insidiosa, de instaurar vergüenza, culpabilidad y un sentimiento de incapacidad a las madres indignas que, por razones de salud, porque les duele, por razones de no-disponibilidad porque trabajan, o simplemente porque les causa rechazo, no pueden o no quieren amamantar.

Aconsejar y ayudar, por qué no. Pero manipular y culpabilizar para forzar la decisión, de ninguna manera.

Amamantar puede doler muchísimo. Aceptar un dolor extremo durante varios largos minutos, hasta doce veces por día, durante varios meses, es algo que una mujer puede hacer porque lo elige, pero no por obligación. Y si lo hace por obligación, lo más probable es que le duela aún más y termine haciéndolo con odio. Un estrés y un resentimiento que, necesariamente, transmitirá a su bebé.

En esas condiciones, ¿sigue siendo lo mejor para el bebé?

Además, la campaña de la Ciudad de Buenos Aires me parece terriblemente culpabilizante, porque reza al final: "Tu amor es el mejor alimento".

Confundir amor y alimentación del bebé es una idea realmente extraña. El amor de una madre (o de un padre) no se mide de acuerdo al modo de alimento utilizado. Esto es, nuevamente, culpabilizar a las madres que no amamantan: ¿quiere decir que ellas aman menos a su bebé que las que dan la teta?

¿Entonces puedo decir sin equivocarme que las parejas que viven en la ciudad aman menos a su bebé que las parejas que viven en el campo? ¿Que las parejas que dejan que sus hijos vean tele los aman menos que las parejas que no tienen tele?

Déjense de joder, por favor...

Yo creo precisamente que se puede dar la teta con amor, si se hace con ganas y por elección, pero también se puede dar el biberón con amor. Y que al final, lo importante no es qué alimento se da al bebé, sino cómo se lo da. ¿Qué es mejor? ¿Dar la teta sin ganas, con resentimiento, reticencia y dolor, o dar un biberón con amor, cariño y ternura, y que encima el papá lo pueda hacer y, así, involucrarse profundamente en los cuidados de su bebé en los primeros meses de su vida?

Tampoco es que estoy pregonando dar mierda a los bebés. Las preparaciones artificiales son sustitutos perfectamente aceptables. El niño o la niña no se va a morir porque reciba leche en polvo. No estamos hablando de niños de Africa, ni de los que vivan en situaciones de extrema pobreza, y cuya opción a la lecha materna es... nada.

Y si realmente creen que su hijo será más inteligente porque bebe leche materna... es francamente preocupante.

El otro día una mamá estaba dando un biberón a su hijo de 3 meses. Una mujer que apenas la conocía le preguntó: "¿Por qué le das un biberón?"

¿Y a vos qué mierda te importa? ¿Yo te pregunto cuántas veces por día te masturbás y si te gusta la sodomía?

Tengo una amiga HIV positivo que tuvo un bebé (de hecho, ¿habrá que quemarla en la hoguera por haber tenido un bebé siendo seropositiva?) y, lógicamente, no podía amamantar, para no contagiarlo(*). ¿Se imaginan su estrés y su desesperación cada vez que le preguntaban por qué no daba la teta? ¿Qué podía responder? ¿"Porque tengo HIV, imbécil"?

Esa manera de inmiscuirse en la vida privada de los demás, y en particular de las mujeres, me da por el quinto forro de los ovarios.

Las mamás primerizas ya tienen suficientes miedos, dudas, angustias, con respecto a su nueva responsabilidad. No necesitan que encima las culpabilicen y las presionen y les hagan la moral sobre el amamantamiento. Y reducir la función materna a la producción de leche es realmente patético.

Así que como siempre digo, informar sí, pero ¿puede ser que cuando la mamá esté informada de los beneficios de la lactancia, dejen de hincharle los ovarios de una vez por todas y la dejen tomar su decisión sin que tenga que justificarse?

Información, sí. ¡Terrorismo, no!

(*) De hecho, algunas de estas organizaciones extremistas en favor del amamantamiento exclusivo durante los primeros 18 años del bebé no vacilan en sostener que es mejor que una mujer seropositiva amamante, ¡¡porque así construye la inmunidad del bebé y lo protege contra el sida!! La verdad que esta gente está mal de la cabeza...

PD: Es muy llamativo que el tipo de mamá y de bebé que muestra la campaña del Gobierno de la Ciudad sea bien blanco y bien rubio. Sin hablar del hecho de que se menciona a "los chicos", invisibilizando a las chicas. En realidad la campaña debería decir: "Primero los varones blancos".

PD2: Minutos después de publicar esta entrada, leo esta nota en el suplemento Las 12, de Página/12. ¡Ni que me hubiera copiado!

sábado, 5 de diciembre de 2009

Los declaro marido y mujer

¿Alguna vez se dieron cuenta de la diferencia?

Cuando un hombre se casa, se convierte en marido. Cuando una mujer se casa, se convierte en... mujer.

O sea, una persona de sexo femenino no alcanza la madurez, la completud, la edad adulta, hasta que se casa. El hombre es el que la convierte en mujer. Su identidad de mujer pasa por un hombre. Y se convierte en "su mujer", como tiene su perro o su casa.

Porque si "mi marido" o "mi esposa" se refiere a un estado civil, en cambio "mi mujer", que es un término genérico, es claramente un referente de posesión.

Es otro motivo por el que he decidido no casarme. No necesito un hombre para alcanzar el estatuto de mujer, y no pretendo ser la posesión de nadie. El día que se declare a los contrayentes "esposo y esposa", o de última "hombre y mujer", veremos. Por ahora, paso.
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jueves, 3 de diciembre de 2009

¿Llevar el apellido materno? Una tremenda injusticia...

En Crítica Digital salió una nota muy interesante sobre los problemas a los que se enfrentan los nietos recuperados por Abuelas de Plaza de Mayo. Para las personas que no conocen la historia argentina, se trata de niños y niñas nacidxs en cautiverio durante la última dictadura militar (1976-1983), cuyas madres están desaparecidas (fueron asesinadas pero sus cuerpos nunca aparecieron). Los bebés fueron dados en adopción a militares o policías que no podían tener hijos propios.

Desde hace más de treinta años, la asociación Abuelas de Plaza de Mayo lucha incansablemente por recuperar a esos 500 niños y niñas que, hoy en día, son adultos que no saben que fueron adoptados y mucho menos que sus padres biológicos fueron secuestrados, torturados y asesinados.

Al día de hoy, 99 personas recuperaron su verdadera identidad.

La nota de Crítica Digital cuenta las dificultades diarias a las que se enfrentan esas personas, porque los trámites burocráticos para cambiar su documento de identidad son muy largos.

Uno de ellos cuenta en la entrevista todo lo que no puede hacer por no tener su nuevo documento de identidad:
"No puedo tener mi documento a nombre de Alejandro Sandoval Fontana y tampoco puedo tramitar nada nuevo a nombre de Alejandro Rei porque reproduciría un documento falso. En el auto no tengo cédula azul, no me puedo casar. Si tengo un hijo debería ponerle el apellido de la madre. (...)"
Entiendo que esta última situación sea realmente horrible. Que los niños y las niñas lleven el apellido materno es un drama, un atentado al patriarcado. Una tremenda injusticia que es necesario denunciar.

Bah, más o menos como la que las mujeres soportan desde hace siglos.

Otro nieto recuperado cuenta:
"Con mi esposa no queríamos que quede embarazada hasta tanto no pudiera renovar el DNI, porque si no íbamos a continuar con el apellido falso incluso en nuestros hijos."
O sea, la posibilidad de que lleven el apellido materno ni se les cruzó. Mejor no tener hijos antes de que lleven el apellido de la madre. Entiendo la importancia del asunto, como para posponer un deseo de maternidad y paternidad...

Si las mujeres hubieran tenido que posponer su deseo de maternidad para que sus hijos pudieran llevar su apellido, la humanidad se habría extinguido hace rato...

Que quede claro, no estoy juzgando la situación de lxs nietxs recuperadxs. Ellxs tienen toda mi solidaridad, mi simpatía y mi apoyo en su lucha por la verdad y la justicia. Su situación me parece tremenda y les deseo que todos los problemas a los que se enfrentan se resuelvan lo más rápidamente posible (y que los responsables de tantas barbaridades se pudran en la cárcel).

Lamentablemente, esos comentarios también muestran que machismo hay en las mejores familias y que por más que uno hable de justicia e igualdad, muchas veces estos nobles valores no están destinados a las mujeres...
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lunes, 30 de noviembre de 2009

Parirás con dolor

Hace dos años, una amiga mía tuvo que parir en el Hospital Piñeiro de la Ciudad de Buenos Aires. No tenía obra social y muy escasos recursos.

¿Qué recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) para un parto humanizado?

Entre otras cosas:
  • No está indicado el afeitado de la región púbica ni las enemas preparto (contrariamente a lo que nos quieren hacer creer).
  • Las embarazadas no deben ser colocadas en posición de litotomía (acostadas boca arriba). Se las debe animar a caminar durante el trabajo de parto y cada mujer debe decidir libremente la posición que quiera asumir durante el parto. La posición acostada, al ir en contra de la ley de gravedad, dificulta el parto, favorece los degarros, induce prácticas inútiles como la episiotomía (incisión de la vagina y el periné para ampliar la abertura vaginal), aumenta el riesgo de sufrimiento fetal y de la mujer. La única persona favorecida por esta posición no es la parturienta, que puede más bien sentirse humillada (con los genitales expuestos a la vista de todos), sino el personal médico, que así tiene acceso más fácilmente a la zona. Pero ese acceso se justifica solamente en caso de complicaciones. Si el parto va bien, la mujer perfectamente puede estar en cuclillas o como mejor le parezca.
  • No se justifica el uso rutinario de la episiotomía. La OMS considera que si se practican más de 20% de episiotomía en una maternidad, se puede hablar de "deriva cultural". En Suecia se registran solamente 6% de episiotomías, y no hay más desgarros que en otros países. Es más, muchos estudios ya prueban que la episiotomía no previene ni los prolapsos, ni la incontinencia urinaria, ni los desgarros graves. Incluso, un desgarro puede ser mejor que una episiotomía porque el corte es menos profundo. Sin hablar del hecho de que la episiotomía puede tener graves consecuencias sobre la vida sexual posterior de la mujer, entre la cicatriz que puede ser dolorosa si fue mal cosida o con aguja e hilo gruesos, y que todavía no se conoce bien la fisiología de la vagina, las terminaciones nerviosas del clítoris que recubre la pared de la vagina y su papel en el placer, etc. etc.
    Pequeña precisión: se sangra mucho más con una episiotomía que durante una cesárea.
  • No deben inducirse (iniciarse por métodos artificiales) los partos por conveniencia. La inducción del parto debe limitarse a determinadas indicaciones médicas. Ninguna región geográfica debe tener un índice de trabajos de parto inducidos mayor al 10%.
  • No se justifica científicamente la ruptura artificial de membranas por rutina.

En Argentina, la ley de Parto Humanizado nº25.929 garantiza el derecho de la mujer parturienta a "estar acompañada por una persona de su confianza y elección". Es decir, esa persona puede ser su marido o compañero, pero también su madre, otro familiar, su compañera si se trata de una pareja homosexual, un/a amigo/a o cualquier persona que la mujer indique.

¿Cómo fue la cosa para mi amiga en el Hospital Piñeiro?

Primero, no dejaron que su marido entrara, porque había cuatro mujeres más en la sala de parto, sin siquiera un biombo o una simple cortina que las separara. Cero intimidad. Cero acompañamiento. Y cero respeto de la ley de Parto Humanizado.

Luego, la pusieron en una camilla, acostada, con las piernas bien abiertas, y... ¡¡le ataron las piernas para que no se moviera y no golpeara al personal médico cuando se estaba retorciendo de dolor!! Estuvo horas así, acostada, atada, inmovilizada, como en una escena de tortura.

Porque claro, como no tenía dinero ni obra social, no le dieron la epidural, por más que la pidió. El trabajo de parto duró 14 horas. Estuvo 14 horas gritando del dolor, atada y sola. Por supuesto, le hicieron una episiotomía. Sin anestesia, le cortaron la vagina con una tijera.

Solamente a las mujeres se les impone tanto sufrimiento. ¿Se imaginan una extracción de dientes en la que digan: "Ah no, sin obra social, se hace sin anestesia"?

Pero la Biblia no dice: "Te extraerán las muelas con dolor".

Finalmente, lo que mi amiga imaginaba como el momento más feliz de su vida, el nacimiento de su hija, que le había costado tanto tener (tuvo dos abortos espontáneos, uno de los cuales a los cinco meses de embarazo), se convirtió en una tortura de la que se quiere olvidar. Cuando le pregunté cómo había sido, me contó rápidamente esos detalles, y luego me dijo: "Prefiero no acordarme". Un momento de júbilo y amor de la pareja se convirtió en una manifestación del horror y de soledad absoluta a la que fue preferible cubrir con el manto de la amnesia.

¿Fue su caso excepcional?

No. Así paren las mujeres pobres en los hospitales públicos en Argentina (aunque tampoco creo que en las clínicas privadas respeten la ley 25.929). Atadas, solas, y sin anestesia, por más que la pidan a gritos.

Para terminar, quiero poner un toque de humor a una situación horrenda. Se trata de un video para explicar a las mujeres que tienen derecho a reclamar no ser acostadas durante el trabajo de parto y durante el nacimiento de su bebé (y a no ser rasuradas, y a no ser atadas, y a no ser infantilizadas).

Es imprescindible que las mujeres conozcan sus derechos, para poder reclamarlos. ¿Cuántas mujeres saben que tienen derecho a parir de otra manera? Prácticamente ninguna. El cuerpo médico ha logrado hacernos creer que esa forma de parir es una necesidad médica. Y que si no respetamos sus reglas, ponemos en riesgo la salud y la vida de nuestro bebé (y la nuestra también). Nuevamente, lo que hace falta de manera urgente es información, para que las mujeres sepan qué es lo que pueden exigir. Sin información, el derecho, simplemente, no existe.

Creo que las imágenes de este video son elocuentes. Sólo poniendo a los hombres en una posición similar es que muchos de ellos pueden llegar a entender la situación:




PD: Dos notas que salieron hace más de diez años en el diario español El País pero que, lamentablemente, siguen siendo de actualidad, allá y acá: Parir sin contemplaciones y Una mesa para comodidad el tocólogo.
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viernes, 27 de noviembre de 2009

Las mujeres golpeadas se lo buscan

Iba a dejarlo pasar, pero no lo puedo dejar pasar.

Con ocasión del Día por la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, el 25 de noviembre, leí un montón de foros de lectores de diarios diversos, tanto de aquí como de otros países latinoamericanos o europeos.

Y en todos, leí aberraciones del tipo:

- Muchas mujeres también son violentas, pero con la palabra, y eso puede hacer tanto daño como un golpe.
- Una mujer golpeada, si se queda con su marido, es porque quiere. Que lo deje y listo. Y sino, que no se queje.
- Muchos hombres también son víctimas de violencias de parte de su pareja y nadie habla de eso.
- Cuando un hombre es golpeado, nadie habla de violencia de género. ¿Por qué en el caso de una mujer golpeada sí?

No puedo creer que una década después de empezar el siglo XXI, todavía estemos discutiendo esas cosas...

A ver, retomemos punto por punto.
  • Las mujeres también son violentas, pero con la palabra, y pueden ser tan agresivas como ellos.
No se puede comparar nunca la violencia verbal con la violencia física. No hay que minimizar la violencia verbal, que sí puede doler, pero de una agresión verbal hay maneras de zafar, por ejemplo tratando de ignorarla. Es imposible ignorar un golpe. Por más que uno piense: "No me va a afectar", una piña duele igual. Ni que hablar muchas piñas que rompen dientes, fracturan costillas, dejan moretones.
  • Una mujer golpeada, si se queda con su marido, es porque quiere. Que lo deje y listo. Y sino, que no se queje.
Yo tuve una infancia feliz, equilibrada, con una mamá y un papá que me quisieron, me dieron confianza en mí, me proporcionaron las herramientas necesarias para ser una persona fuerte, independiente, segura de sí. Mi mamá me alentó a hacer tae kwon do antes que danza clásica (¡aunque no lo logró!) y me enseñó a caminar con la frente en alto (eso sí lo logró). Nunca me pasó, pero si alguna vez un hombre hubiera atinado a levantar la mano sobre mí, lo habría denunciado inmediatamente y dejado en el acto.

Ahora bien. No todas las mujeres han tenido la suerte de formarse de esa manera. Por lo general, los hombres golpeadores eligen a mujeres que ya tienen un pasado de violencias, físicas o psicológicas, para poder sentirse todopoderosos. Mujeres que se construyeron durante su infancia con la idea de que valen menos, y que tienen una autoestima bajísima. Los hombres golpeadores aprovechan ese estado de vulnerabilidad extrema.

En esas condiciones, una mujer golpeada puede tener miles de razones por las que no va a denunciar a su pareja, o no se va a ir de la casa:

- por lo general cuando llega el primer golpe, ya hubo un trabajo previo de su pareja para aislarla de sus familiares y amigos, entonces siente que no tiene a quién acudir ni adónde ir;
- depende económicamente de su pareja;
- cree, y muchas veces tiene razón, que la policía o la justicia no la van a ayudar, no la van a tomar en serio;
- tiene miedo a que le pase algo más grave a ella o a sus hijos, dado que su pareja amenazó con matarlos si se iba (y ya sabemos que esas amenazas muchas veces son muy serias);
- se siente culpable de destruir la pareja y de separar a sus hijos de su padre;
- siempre tiene la esperanza de que la relación mejorará, de que "haciendo un esfuerzo" él se calmará y volverá a ser el hombre encantador que fue al principio, cree en sus promesas de cambio.
- etc. etc.

A la mayoría de las mujeres las crían con valores supuestamente femeninos, que incluyen la dulzura, la empatía, la docilidad. Docilidad que roza con la sumisión. Si esa mujer suma docilidad-sumisión con baja autoestima, le va a ser muy difícil tomar la decisión de dejar a su pareja.
  • Los hombres también son víctimas de violencias de parte de su pareja y nadie habla de eso.
El 98% de las violencias conyugales son de hombres contra mujeres. Decir que "los hombres también son víctimas de la violencia conyugal" es casi indecente. Claro que a un hombre golpeado hay que darle la misma contención, el mismo apoyo y la misma protección que a una mujer golpeada. Pero equiparar las dos situaciones globales es realmente ignorar la realidad de esta sociedad.
  • Cuando un hombre es golpeado, nadie habla de violencia de género. ¿Por qué en el caso de una mujer golpeada sí? ¿Por qué se le da un trato diferencial?
Precisamente porque la violencia de un hombre contra una mujer en el marco de una pareja, raras veces es consecuencia de un momento de enojo y nada más. No estamos hablando de una pareja en la que de repente los dos se tiran platos a la cabeza en un momento de furia descontrolada.

Como dije antes, las mujeres vienen de siglos de sometimiento, de intimaciones a ser dóciles, buenas, dulces, sumisas. Y los hombres, de siglos de dominación patriarcal, y de una educación en que todavía hoy, se les incita a marcar su territorio, considerar a su mujer como su objeto y su pertenencia. Hay una dominación simbólica e histórica de parte de los hombres sobre las mujeres.

Por lo tanto, un hombre que golpea a su mujer ejerce ese poder. El hombre la golpea para marcar su territorio, para recordarle que ella le pertenece.

Los hombres golpeadores no son personas violentas en sí. Muchas veces, en el trabajo, con el resto de la familia, son tipos divinos, muy tranquilos, ejemplares. Agreden a su compañera o esposa no porque no puedan impedirse ser violentos, sino porque a ella sí la pueden dominar, quieren que sea su "cosa". Y la sociedad machista legitima ese sentimiento.

Una mujer que golpea a su compañero o marido lo hará porque es una persona violenta, pero no para recordarle que él le pertenece (en todo caso la sociedad, la educación, nuestra cultura no alientan este tipo de comportamiento de parte de las mujeres como sí lo hacen para los hombres). Por eso se hablaría de violencia a secas, y en el otro caso, de violencia de género. Porque se trata de una violencia posibilitada por una sociedad sexista y machista.

Se puede decir que la violencia de género no es una "pérdida de control", sino al contrario una "toma de control". Incluso, el agresor premedita sus gestos, elige golpear de manera de que no queden marcas, no es que esté enceguecido por la furia.

Lamentablemente, la violencia de género no es un hecho aislado que hay que resolver dentro de la pareja, no es un tema de la pareja. Un problema de pareja sería un momento de desentendimiento entre dos personas iguales, momento que puede manifestarse a través de la ira o la agresividad. La violencia de género, por el contrario, pone en escena dos personas cuyo poder es desigual. Su meta es dominar, someter, dar miedo.

La verdadera causa de la violencia de género no es ni el alcohol, ni la droga, ni la situación económica (ocurre en todas las clases sociales), ni una "provocación" de parte de la mujer (muchas veces lo que desata la violencia son nimieces del tipo un pollo mal cocido o un escote demasiado profundo), sino el deseo de controlar a una persona que el hombre se niega a ver como su par.

Por lo demás, eso de decir que a las mujeres golpeadas se les da "un trato preferencial" es otro mito. Una mujer que mata a su marido, en general, recibe una pena mucho mayor que un hombre que mata a su esposa. ¿Sabían por ejemplo que hoy en día, en al menos catorce Estados de México, el marido homicida puede evitar la cárcel si se demuestra que se trató de una "cuestión de honor" y que la mujer era infiel?

No se puede tratar la violencia de género como cualquier violencia. Hace falta una ley integral como la de España, que establece que "se trata de una violencia que se dirige sobre las mujeres por el hecho mismo de serlo, por ser consideradas, por sus agresores, carentes de los derechos mínimos de libertad, respeto y capacidad de decisión".

Más información aquí.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Día de lucha contra la Violencia hacia las Mujeres

Hoy, 25 de noviembre, Día de lucha contra la Violencia hacia las Mujeres, sale en Francia un documental llamado La Dominación Masculina.

Allí su director, el belga Patric Jean, nos explica que lejos de haber alcanzado la igualdad, seguimos inmersos en una cultura de dominación patriarcal. "La reducción de las desigualdades entre hombres y mujeres progresa tan lentamente... que alcanzaremos la paridad recién dentro de 250 años", dice.

Si es así en Francia y en Bélgica, imagínense en Argentina...

En este día, el diario Página/12 sacó unas notas interesantes sobre la violencia de género, que les invito a leer aquí, aquí, aquí y aquí. En particular me gustó esta frase de Susana Chiarotti, abogada rosarina que integra el comité de expertas de la Organización de Estados Americanos (OEA) que se encarga de evaluar a los países del continente en el cumplimiento de la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer:
Entre enero y octubre de este año se cometieron 204 femicidios, de acuerdo con un relevamiento de los casos publicados en diarios de todo el país. Imaginemos si fueran personas perseguidas por el color de la piel o por ser judíos: sería un genocidio. Pero como son simplemente mujeres, nadie se alarma.
Y para las personas que entienden francés, aquí va el avance del documental, que espero podamos ver algún día por esta región:

martes, 24 de noviembre de 2009

Ceder privilegios

Postulado uno: en este sistema machista, los hombres son privilegiados.

Postulado dos: cada vez más hombres están indignados por el machismo: oh, qué feo violar a una mujer. Oh, qué fea la violencia conyugal. Oh, no hay que discriminar a las mujeres en el trabajo.

Todo muy lindo, pero ¿cuántos de ellos están realmente dispuestos a ceder parte de sus privilegios para que nosotras tengamos acceso a los mismos? ¿Cuántos están a favor de medidas como la discriminación positiva en el trabajo o los cupos en la política? ¿Cuántos están dispuestos a que sus hijos lleven primero el apellido de la madre?

¿Cuántos se llenan la boca con discursos sobre la igualdad de género, pero a la hora de ceder espacio y de promover leyes que favorezcan a las mujeres porque históricamente fueron discriminadas, gritan que es una injusticia ya que a ellos nadie les ayudó a estar donde están (sin querer ver que si están donde están, es probable que sea a expensas de una mujer)?

Hombres, no hay otra: si realmente quieren abolir las discriminaciones, van a tener que ceder privilegios y espacios de poder.

De repente, siento que las filas de hombres realmente a favor de la igualdad de género van menguando... ¿Por qué será?
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lunes, 23 de noviembre de 2009

Las mujeres ganan menos que los hombres

Regularmente, hombres y mujeres (pero sobre todo hombres) niegan, cuando se los digo, que existe una discriminación salarial en desmedro de las mujeres en Argentina y, en general, en el resto del mundo. "En mi empresa hombres y mujeres ganan lo mismo", me aseguran, haciendo de su caso una generalidad.

Un poco como si dijera: "En mi familia, no hay pobres, por ende, no hay pobres en Argentina".

Para todxs aquellxs que niegan las disparidades salariales, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), al que difícilmente se pueda tachar de feminista-radical-histérica-peluda-lesbiana, publicó un informe en octubre pasado, llamado "Nuevo siglo, viejas disparidades: brechas de salarios por género y etnicidad en América Latina".

Resultado del informe: en América Latina, las mujeres ganan, en promedio, 17% menos que los hombres de su misma edad y nivel educativo.

Según el informe, las mujeres representan el 52% de la fuerza laboral en América Latina. Dado que también representan el 52% de la población, significa que laburan a la par de los hombres (acallando a los que dicen que las mujeres no trabajan mientras los hombres se desloman laburando). Pero eso sí: ganan menos.

El estudio halló que los hombres ganan más que las mujeres a cualquier edad, para cada nivel educativo, tanto en empresas grandes como pequeñas y sin importar si trabajan de modo independiente, o si son empleados o empleadores.

En Argentina, la diferencia de salario promedio entre hombres y mujeres es de 14,2%, por el mismo nivel educativo. Brasil es el país que presenta la brecha más grande del continente, con 30% de diferencia.

El estudio también reveló que las brechas de género aumentan con la edad. Según Hugo Ñopo, economista del BID, esto puede explicarse en parte porque son las mujeres las que tradicionalmente, todavía ahora, dejan de trabajar o trabajan menos cuando aparecen los hijos. Esto, por supuesto, hace que no puedan subir los escalones de la jerarquía de la empresa, como sí lo hacen los hombres, aún cuando tienen hijos. Porque pocos hombres, por no decir ninguno, están dispuestos a sacrificar un ápice de su carrera para ocuparse de sus hijos, en cambio las mujeres lo hacen todo el tiempo (sea por "elección propia", y pongo muchas comillas porque los mandatos sociales para que sea la mujer la que tenga que dejar de trabajar pesan muchísimo, hasta convertirse prácticamente en un lavado de cerebro, o por presión de la pareja).

De hecho, está comprobadísimo que tener hijos es un freno en la carrera de las mujeres. En cambio, tener hijos favorece la de los hombres.

Sin hablar de que, según Ñopo, es más probable que las mujeres sean expulsadas del mercado laboral luego de dar a luz.

El informe también da cuenta de disparidades salariales según la etnia. En siete países donde existe información sobre etnicidad —Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, Guatemala, Paraguay y Perú— se encontró que las minorías indígenas y afrodescendientes ganan en promedio 28% menos que la población blanca.

Pueden consultar el informe completo (en inglés) aquí.

Y por supuesto, también pueden dejar de negar las disparidades salariales entre hombres y mujeres. Porque me gustaría saber cuántas mujeres, en la empresa de los que me dicen: "En mi trabajo ganan lo mismo", ocupan puestos gerenciales. Cuántas son secretarias y cuántas ejecutivas. Si se hace el promedio de lo que ganan todos los hombres y todas las mujeres de una empresa, es probable que se llegue a la diferencia de 14% calculada por el BID.
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jueves, 19 de noviembre de 2009

Mujeres constipadas



Sea en Rumania o en Argentina, son las mujeres las que no logran cagar bien (ups, perdón, las que tienen "tranzitului intestinal lent").

Pregunto yo, ¿los hombres nunca se constipan? ¿O será que los publicitarios no pueden concebir mostrar a los hombres ocupándose de temas tan poco nobles y hablando de sus intestinos entre ellos?

Una trabajadora social feminista relató hace poco en una lista de correo que recibo que consultó sobre el tema a algunos médicos con los que trabaja. Los médicos le contaron que efectivamente, las mujeres tienen más tendencia a la constipación que los varones, pero vincularon ese hecho a determinantes culturales más que biológicos.

"Por ejemplo", dijo esa trabajadora social, "es posible que los varones tomen más líquido que las mujeres, y que permanezcan más tiempo sentados en el inodoro facilitando la concreción del segundo reflejo defecatorio. Estas dos conductas por sí mismas favorecen el tránsito intestinal".

O sea, la inmensa mayoría de las mujeres, cuando vuelven del trabajo, también tienen que encargarse de todo lo que concierne la casa y los hijos, mientras que la inmensa mayoría de los hombres sólo se tienen que encargan de ellos mismos. Esto les da más tiempo para sentarse a cagar. Así de simple.


PD: En algunos de los comerciales, las mujeres dicen algo así como: "Antes, me sentía mal todo el tiempo, me dolía la panza, me sentía hinchada, y no sabía por qué. Una amiga me comentó que era porque tenía tránsito lento y me recomendó tomar A***".

Ahora, ¿tan pelotudas son las mujeres que no saben a qué atribuir sentirse hinchada cuando no cagan durante cuatro días? ¿Tiene que venir una amiga para decirles: "Nena, lo que tenés ahí adentro es mierda acumulada"? Para variar, nos muestran como unas imbéciles descerebradas, que más que en la panza, acumulan mierda en el cerebro...
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lunes, 16 de noviembre de 2009

Tengo envidia del falo

Sí, Freud tenía razón. Tengo envidia del falo. Totalmente. Pero ojo, no el falo como objeto físico, sino como lo que representa: el poder, la dominación, y sobre todo, la libertad.

Libertad de vestirse, de comportarse, de caminar, de hablar, como se me cante el ojete.

La gente no se da cuenta de la libertad que tienen los hombres.

Veamos algunas diferencias:
  • Si un hombre se viste con un jean, una chomba y un par de zapatos cómodos, está correctamente vestido. Excepto para eventos formales, con ese atuendo está bien en cualquier circunstancia.
    Si una mujer se viste con un jean, una chomba y un par de zapatillas, se dice que está de entre casa y se espera de ella que se cambie cuando salga. Que vaya al supermercado así, vaya y pase. Pero en cualquier otra circunstancia tiene que hacer un esfuerzo extra para vestirse.
  • Si un hombre tiene panza, es sexy. Algunos hombres llegan a divertirse agarrándosela y diciendo: "Mirá qué cacho de panza que tengo, jajaja".
    Una mujer, al contrario, la va a ocultar, metiendo panza, matándose en el gimnasio y con dietas, porque la panza en las mujeres no es sexy. Ninguna mujer se la va a agarrar como hacen los hombres, orgullosas de sus panzas, porque serían objeto inmediato de burlas.
  • Si un hombre tiene arrugas, o canas, es sexy.
    De una mujer que no se tiñe el pelo cuando está gris se dice que "se deja estar". Y una mujer con arrugas no es sexy, está vieja.
  • Si un hombre putea, está bien.
    Si una mujer putea, está mal.
  • Si un hombre tiene hijos, no tiene que poner el cuerpo, no tiene que estar nueve meses con molestias, no tiene que parir y desgarrarse el periné, no tiene que amamantar y tener las tetas caídas, no tiene ningún problema físico con eso. Está bien, eso es culpa de la naturaleza. Pero además, puede no hacerse cargo de nada, seguir durmiendo como si nada cuando el bebé llora a la noche (total es la madre la que amamanta... ¿levantarse uno para ir a buscar el bebé y acercárselo a la madre? ¡Ni en peeeeedo!), seguir trabajando como antes, no ocuparse de vestirlo, planchar la ropa, verificar si quedan medias limpias, ir a las reuniones de padres o ir a buscarlo a la escuela, faltar al trabajo cuando está enfermo, y si no quiere cambiar pañales porque le da asco, siempre habrá algún psicólogo para decir que está bien, que la paternidad se construye, que no hay que forzar las cosas... y sin embargo los hijos llevarán igual su apellido.
    Si a una mujer se le ocurre no hacer alguna de esas cosas, es un monstruo egoísta y preguntan para qué quiso hijos. Y aunque las haga todas, sus hijos nunca tendrán su apellido.
  • Si un hombre está con barba incipiente, fuera del trabajo en que le pueden exigir que esté bien afeitado, está bien.
    Una mujer tiene que estar bien depilada, incluso de vacaciones.
  • Corrolario de lo anterior: para ir a la playa, un hombre tiene que agarrar su traje de baño y salir.
    Una mujer tiene que tomarse el tiempo de depilarse de pies a cabeza, axilas, cavado, piernas, y si no tuvieron tiempo o se olvidaron, algunas, sobre todo en países como Argentina, llegan al extremo de no ir, para no pasar vergüenza. Un hombre nunca dejará de ir a la playa porque no está afeitado (y lo peor es que hablándolo con hombres que sí exigen que las mujeres estén depiladas, me dijeron: "Ay pero qué boludas, mirá que no ir a la playa por algo así", siendo los primeros en señalar a las mujeres que no se depilan).
Si se dan cuenta, al hombre se lo deja ser más natural, más cómodo, no tiene que estar pensando en cómo se tiene que sentar, cómo se tiene que vestir, cómo se tiene que comportar, yendo a lo más natural y cómodo estará bien.

Una mujer siempre tiene que estar más atenta a todas esas cosas, menos natural, más producida, y siempre se le exigirá mucho más.

Y cuando digo "exigir", no estoy hablando de ponerle una pistola en la sien. No existe solamente la violencia física, también está la violencia simbólica de la que habla el sociólogo Pierre Bourdieu, y que puede ser tanto o más dañina como la violencia física (ya hablaré de este concepto en otra entrada).

A ver, aclaro algo: no digo que esos mandatos, esas obligaciones que pesan sobre las mujeres sean culpa de los hombres como individuos. Ellos, como individuos, no fijaron las reglas. Es culpa de una sociedad, de un sistema, que funcionó así por siglos.

Ahora, si viene un hombre y me incita a cerrar las piernas o vestirme de manera distinta o me dice: "Ay, qué boquita, qué feo en boca de una mujer" cuando puteo, entonces considero que ahí sí se hace cómplice del sistema sexista.

Es muy simple saber si uno está siendo machista: es suficiente preguntarse si eso que va a exigir de una mujer se lo exigiría de un hombre.

Exigir a las mujeres lo que la sociedad no exige para los hombres es machismo.
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viernes, 13 de noviembre de 2009

Guía a la pajera paterna

Sé que no hay que leer estas notas, y sin embargo... cierto tipo de masoquismo hace que invariablemente, mis ojos sigan las palabras y terminen leyendo hasta el final.

Bueno, es así: Yahoo Mujer (nunca he visto a un "Yahoo Hombre", será que toooodo el resto es para los hombres y nosotras solamente podemos interesarnos en temas relacionados con la maternidad, la cocina y la moda?) Yahoo Mujer, decía, publica una entrevista con una "maestra en Psicología" (¿?) que nos aclara algunas dudas sobre la maternidad.

El texto, publicado en el blog de una ignota Eugenia Correa, se llama "Guía al instinto materno". Lo cual ya es contradictorio, porque si es un instinto, no necesita guía, precisamente porque es innato y no necesita ser enseñado (¿les hago un dibujo o queda claro?).

Bueno, sigo leyendo, y aparecen consejos para una madre que acaba de parir, cuál es la importancia del vínculo entre la madre y su hijo, cómo se crean esos vínculos (¿cómo, no era que la mujer en el momento de parir ya amaba incondicionalmente a su cría y sabía qué hacer por instinto?), etc. etc.

Por supuesto, la madre es la que tiene que hacerlo todo.

Ah, no, perdón. La madre tiene que "dejarse ayudar". ¿Por el padre? No, no, qué va. Al padre no vamos a molestarlo con esas nimieces. No, tiene que dejarse ayudar por otra mujer, una doula ("mujer al servicio de otra mujer"). Que haya otra persona en casa como, digamos, el padre, no tiene importancia. A él no se le pide nada, mejor pagarle a una doula para eso.

Bueno, soy injusta. Porque sigo leyendo, y casi abajo de todo, en la novena pregunta (de diez), leo: "¿Qué rol juega el padre en este caso? ¿Es importante involucrarlo? ¿Cómo se le puede incluir en esta etapa de la vida del bebé?"

O sea, el padre, pobre criatura inútil, necesita que se lo involucre, que se lo incluya. No puede hacerlo solito, no puede tomar iniciativas, no puede sentirse involucrado desde que pone la media-semillita en la panza de la mujer, no, no, no.

El padre necesita que la madre, después de pasar por nueve meses de embarazo, de padecer náuseas, malestares, hemorroides, várices, después un parto a veces más próximo a la carnicería que a un momento de plenitud, de que le corten la vulva con una tijera y que salga de su cuerpo un ser de tres o cuatro kilos, agarre de la manito al pobre papá medio perdido después de tantas emociones, y le diga: "Vení, papito, mirá, te presento a tu bebé. Nos vamos a ocupar de él yo y la doula. Vos no te preocupes que está todo cubierto. Andá a trabajar, andá a jugar al fútbol con tus amigos, no sea que cambie algo a tu rutina, yo y la doula nos encargamos de todo. Bueno, sí querés, pero sólo si querés, eh, no te quiero obligar, te puedo enseñar cómo involucrarte en su vida, porque sos un idiota perdido y no sabés cómo cambiar un pañal ni cómo dar un biberón. Yo, en cambio, que soy la madre y tengo un instinto innato, aunque necesite una guía para eso, me vino en los genes eso de cambiar pañales: cuando nací, puf, ya sabía cambiar pañales porque tengo una vulva, y eso es muuuy importante para saber cambiar pañales, está directamente relacionado. La vulva hace que mis manos sepan qué hacer cuando agarran un pañal. No necesito que me lo enseñen. Experta de nacimiento, soy. Vos, en cambio, pobrecito, no sabés nada, sos un cero al as, no sabés que podés levantarte a la noche para darle la mamadera, o para acercármelo para amamantar, no sabés que podés tomar la iniciativa de cambiar los pañales sin preguntarme: "¿No habrá que cambiarlo?", no sabés que podés bañarlo, no sabés que podés acurrucarlo, cantarle, ocuparte de él, crear un vínculo con él. No sabés una mierda. Dale, vení, yo con mi vulva te enseño".

Bueno. Fue una disgresión. Leo la respuesta de la "maestra en Psicología", y descubro, entre otras cosas muy interesantes, que "otra función muy importante del padre es como mediador ya que entra a sustituir a la madre para que ella pueda por momentos dedicarse a otras necesidades".

Uuuuuf, menos mal. Pensé que las madres teníamos que estar dedicadas las 24 horas al bebé. No, ahora resulta que el padre nos da permiso, "por momentos" (ojo, que no se haga una costumbre), para dedicarnos a otras necesidades (pero francamente, cuando tenemos un bebé, ¿tenemos otras necesidades? ¿No tenemos acaso toooodas nuestras necesidades cubiertas con un ser que llora-caga-chupa todo el día?).

El padre, claro, siempre se dedica a otras necesidades, ya que está la madre para ocuparse del bebé por default. "Por momentos", porque los hombres son muuuuy generosos y muuuuy buenos con nosotras, aceptan hacer de niñeros de su propio bebé para que podamos, no sé, ver alguna amiga, hacer crochet, y por qué no, ¿hasta trabajar un poco?

Y supongo que en esos momentos, la madre tiene que estar eternamente agradecida al padre de haberse hecho un tiempo para ocuparse de su bebé para que podamos "dedicarnos a otras necesidades".

Él no está eternamente agradecido de poder seguir con su vida como si nada gracias a que la madre sacrificó su carrera, su trabajo, su independencia económica, sus actividades normales. No, eso es lo que se espera de nosotras las mujeres, quienes, dice nuestra "maestra en Psicología" debemos "esperar (...) no ser dueñas de nuestro propio tiempo, así como estar preparadas para mayor trabajo, mayor entrega".

Al hombre nunca se le exige ni mayor trabajo, ni mayor entrega con el bebé. Eso corre por cuenta de nosotras. El hombre no debe estar preparado para no ser más dueño de su propio tiempo. Es más, el hombre no solamente sigue siendo dueño de su propio tiempo, sino que también es dueño del nuestro: él es el que decide cuándo ser "mediador" y darnos "por momentos" algún tiempo para que podamos dedicarnos a otras actividades.

Qué generoso, che... ¿No será mucho?

En conclusión, más que una guía al instinto materno, me parece que este texto es una guía a la pajera paterna.

No sé ustedes, pero a mí este tipo de textos me dan cada vez más ganas de practicarme una histerectomía...
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miércoles, 11 de noviembre de 2009

Hombres feministas bis

Hace unos meses descubrí una organización que se llama Varones para la equidad. Me encantó descubrir que en Argentina, hay varones que dicen abiertamente ser feministas.

Por supuesto, la mayoría de la gente que me rodea me dijo: "Pero si son todos puuuuutos"... Con lo cual empecé a pensar que tenía que cambiar a la gente que me rodea...

En fin, en mi búsqueda blogueril, encontré otros hombres feministas argentinos, y otro blog de hombres feministas argentinos, y me puso de muy buen humor. Se trata de Masculinidades en deconstrucción, al parecer redactado por dos hombres.

Recomiendo en particular algunas entradas sobre Marcelo Tinelli, sobre el Registro por Puntos de Género (desternillante, recomiendo a todas y todos su ejercicio), sobre las mentiras misóginas de los varones para legitimar la prostitución, y sobre el techo de cristal de las mujeres en el ámbito laboral.

¡Buena lectura!
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lunes, 9 de noviembre de 2009

Yo me quiero casar, ¿y usted?

En estos momentos se está debatiendo en el Congreso argentino si se amplía el matrimonio a todas las parejas, sea cual sea su composición.

Pará pará pará... Primero les dieron el derecho de voto a las mujeres. Después les dieron la patria potestad compartida sobre los hijos. ¿¿¿Y ahora esto??? ¿¿¿A dónde vamos a parar, santo dios??? Vas a ver que pronto vamos a considerar que los negros son humanos y todo... Qué horror...

Algunos forros pelotudos retrógradas consideran que eso sería desnaturalizar la sagrada institución del matrimonio, cuya finalidad es, según ellos, la procreación.

O sea, la gente no elige casarse para acceder a una cantidad de derechos como heredar de nuestra pareja si se muere, tener acceso a su obra social, tener la patria potestad compartida, o simplemente clamar su amor ante la sociedad.

No, no, no, nada de todo eso. La gente se casa para poder tener hijos biológicos. Esa es la meta.

Siguiendo esa lógica implacable, habría que hacer pasar un test de fertilidad a cada uno de los miembros de la pareja, y prohibir casarse a todas las personas imposibilitadas de tener hijos propios, a saber: personas infértiles, mujeres menopáusicas, hombres impotentes. Ah, y por supuesto, habría que hacer firmar un documento en el que la pareja se compromete a tener hijos biológicos. Claro. Sino, minga que se puedan casar. ¿No querés hijos? ¿No los podés tener? Chaaaau, no podés casarte.

Los pelotudos esos Los que están en contra del casamiento de las personas homosexuales dicen también que si se permite que se casen, se va a desvirtuar el matrimonio.

¿Tengo que recordarles que las personas heterosexuales se han encargado solitas de desvirtuar el matrimonio?

Frases como:
  • El hombre no está completo hasta que se casa. Después está terminado.
  • No es verdad que los hombres casados viven más que los hombres solteros, sólo parece más largo el tiempo.
  • Matrimonio: Única sentencia a cadena perpetua que se cancela por mal comportamiento.
  • Matrimonio: Dícese de la principal causa del divorcio.

... han sido inventadas por las personas heterosexuales solitas, sin ayuda de las personas homosexuales.

¿Desvirtuar el matrimonio? ¿Por qué no se van a lavar las tetas, mejor, antes de decir pelotudeces?

Ah, y también está el famoso argumento de que el matrimonio está basado en la "ley natural".

La ley natural... ¿Me puede decir qué mierda es la ley natural? Ley natural es coger en la calle con el primer energúmeno que se me cruce. Ley natural es la poligamia (entre los mamíferos, excepto los lobos, creo, ¿cuántas especies tienen una sola pareja en toda su vida?). Ley natural es no tomar anticonceptivos y dejar que la naturaleza me dé la cantidad de hijos que quiera. Ley natural es no apelar a la procreación asistida si soy estéril.

Una ley instituida por humanos no tiene absolutamente nada de natural, es una construcción social por donde se la mire, y ni siquiera es universal (como sí lo es la naturaleza), sino que depende de cada país, cada cultura. No es lo mismo casarse en Argentina que en Afganistán o en Namibia. Que yo sepa, en Arabia Saudí obligan a casarse a nenas de 9 años y es perfectamente legal. En Argentina no.

La ley del matrimonio ha ido cambiando a medida que pasaron los años, los siglos. Originalmente fue creada para controlar la sexualidad de las mujeres y que los hombres estuvieran seguros de que su herencia iría a un vástago suyo y no a un bastardo. Hace algunos años (no muchos), era inconcebible que una mujer tuviera la patria potestad sobre sus hijos. Supongo que cuando se debatió la modificación de la ley, muchos también levantaron la bandera de la "ley natural" para explicar que sería una aberración dejar que las féminas tengan el mismo poder de decisión sobre los hijos que los machos.

Ahora, son los mismos que pegan alaridos cuando se habla de permitir que dos personas del mismo sexo se puedan casar, con los mismos argumentos retrógradas e imbéciles.

Las personas homosexuales no se quieren casar para tener acceso a una institución sagrada de por sí, y su intención no es ni desvirtuarla, ni transformarla en otra cosa, ni nada de nada. Es más, les chupa un ovario la institución del matrimonio en sí. Quieren casarse por las mismas razones que cualquier hijo de vecino: para tener acceso a los derechos que genera esa institución, a saber, herencia, pensiones, patria potestad sobre los hijos, adopción, etc. O para gritar ante el mundo su amor.

Yo no tengo intención de casarme precisamente porque el origen del matrimonio es machista (por lo explicado antes). Además las mujeres casadas siguen sin tener los mismos derechos que los hombres casados, por ejemplo con el tema del apellido, sea el propio o de los hijos. Yo odio la institución del matrimonio y no me someteré a ella.

Pero esa es mi opinión personal, y no soy nadie para negarle ese derecho a alguien.

Negar los derechos inherentes al matrimonio a las personas homosexuales es discriminatorio, por donde se lo mire.

Así que los imbéciles que se la van de tolerantes con su discursito "respeto las personas homosexuales pero no pueden tener acceso a la sagrada institución del matrimonio porque su naturaleza reside en la procreación y en la complementariedad de los sexos", emulando a Dieguito: que la sigan chupando, sea un pito o una concha, me da perfectamente igual.


PD: tras la sugerencia de una lectora, recomiendo la lectura de este texto didáctico, que explica a modo de preguntas y respuestas, con mucha paciencia y muchas referencias históricas lo que explico con impaciencia y bronca.
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miércoles, 4 de noviembre de 2009

¿Guerra de sexos? El sexismo como sistema.

Bueno, bueno, bueno... Dedico especialmente esta entrada a toda la gente que tarde o temprano, me acusa de querer fomentar una guerra entre los sexos en mi lucha contra el sexismo, y/o de posicionarme como víctima de los hombres.

A ver. Explicando como si fueran nenes de preescolar.

El sexismo es un sistema.

¿Qué quiero decir con eso? Que no se trata de que todos los hombres por un lado son abusadores-violentos-machistas-asquerosos, y de que todas las mujeres por el otro son víctimas-de-los-hombres-sometidas-discriminadas.

Esto es caricaturizar al extremo lo que es el sexismo.

El sexismo como sistema quiere decir que todas y todos estamos inmersos en él. Un sistema que asigna por sexo ciertos atributos, cualidades, deberes, consideraciones, etc. O sea, un sistema esencialista que dice que hombres y mujeres son de tal o cual forma por esencia (por eso se llama sexismo: discrimina, en el sentido de que hace la diferencia, por sexo).

En ese sistema, todos y todas pierden en algún punto, hombres y mujeres. Porque no nos consultan acerca de cómo queremos ser como individuos: ni bien la ecografía muestra nuestro sexo, ya nos asignan caracteres, preferencias, cualidades y defectos, sin saber qué clase de individuo vamos a ser. Y si, como individuos, no correspondemos a lo que el sistema espera de nosotras/os, estamos fritas/os.

En ese sistema, efectivamente, los que menos pierden son los hombres. Se les asigna un papel dominante, con privilegios, porque lo masculino es más valorizado que lo femenino, y vienen con ventaja por los siglos y siglos de machismo que nos preceden (tuvieron acceso a la educación, a la salud, a la universidad, al trabajo, desde siempre, en cambio las mujeres tenemos acceso a la educación desde hace cuánto... ¿100 años?).

Sin embargo, a pesar de esas ventajas y esa posición de privilegio, los hombres tampoco ganan siempre en ese sistema: si no se atienen estrictamente a lo pautado por el sistema, también están en el horno.
  • pueden ser discriminados por ser "afeminados";
  • si quieren la tenencia compartida de los hijos en caso de divorcio es probable que no se la den, o en todo caso tendrán que pelearla mucho, porque en ese sistema, se considera que las mujeres están mejor preparadas para ocuparse de los niños;
  • tienen muy poquitos días de licencia cuando tienen un/a hijo/a;
  • si quieren un trabajo en un ámbito tradicionalmente femenino, como pueden ser los jardines de infantes, es probable que sean discriminados;
  • se exige de ellos que sean viriles, que no lloren, que no "mariconeen";
  • todavía en muchos lados se tiene la idea de que tienen que ser los proveedores del hogar, etc. etc.
Todo eso no es una discriminación específica contra los hombres: es parte de lo mismo, del mismo sistema sexista y machista.

Se habla de "machismo" porque justamente, por lo general, son los "machos" (aquellos que corresponden a los mandatos culturales sobre cómo tiene que ser un hombre "de verdad") los que tienen la posición de privilegio (*). Y la inmensa mayoría de las violencias son cometidas por hombres contra mujeres. No porque los hombres sean más malos que las mujeres por esencia. Sino porque la sociedad sexista se lo permite y les incita a ello (poniendo a la mujer en un papel de objeto sexual y de consumo a disposición de los varones). Si la posición de privilegio la tuvieran las mujeres, sería exactamente lo mismo, pero al revés (y esa sociedad no se llamaría "feminista" sino "hembrista", porque el feminismo no es la lucha por la superioridad de las mujeres, sino por la igualdad).

Pero en ese sistema global, las personas machistas, sexistas, son tanto los hombres como las mujeres: todos y todas hemos recibido los mismos mensajes, los mismos mandatos, las mismas conminaciones a ser de tal o cual manera, y todos y todas estamos en el mismo barco del sexismo.

Así que para los que me tiran, con la prepotencia de los que creen haber descubierto la luna, pero en realidad repiten como loros lo que todo el mundo dice: "Pero entonces tenés que decir lo mismo a las mujeres, porque ellas también son machistas", pues , las mujeres son tan machistas como los hombres, porque forman parte de la misma sociedad machista, y también me dirijo a ellas cuando puteo contra el sexismo.

Así que no estoy diciendo que los hombres tienen la culpa de todo, pero en esta sociedad, es una realidad que los hombres tienen una posición de privilegio, por lo tanto, lo que cuestiono no son "los hombres" como individuos, sino su posición de privilegio, atribuida por la sociedad (posición de privilegio que muy poquitos hombres están dispuestos a reconocer, convencidos de que hombres y mujeres ya estamos en una posición de igualdad absoluta).

Por eso es tan difícil luchar contra el sexismo: no se trata de una guerra entre hombres y mujeres. Se trata de un sistema que abarca todo y cada uno de los detalles de nuestras vidas, y que nos afecta a todas y a todos. Todas y todos nacemos sexistas, porque la sociedad entera lo es.

El primer paso para la lucha contra ese sistema es la toma de consciencia del problema, sacarse la venda de los ojos, deconstruir el sistema. Es lo más difícil. Porque significa cuestionar todos los aspectos de nuestra vida. Y para los varones, significa reconocer primero y cuestionar luego su posición de privilegio.

Entonces claro, las personas que, como yo, cuestionan todos los aspectos de la sociedad, de la vida, de la cultura, son muuuuy hincha pelotas, porque asocian todo con el sexismo. ¿Cuántas veces me han reprochado: "Peeeero, ¿otra vez con eso? ¿Todo tiene que ver con el machismo según vos?"

Y sí... Lamentablemente, casi todo. La educación. La salud. La televisión. La literatura. El cine. La cultura. El trabajo. El salario. La violencia. La calle. Las publicidades. El lenguaje...

Por lo general, el comentario siguiente es: "¿O sea que sos una eterna víctima de los hombres?"

Bueno, para las personas que me dicen esto, va esta entrada. Y este blog. Ojalá les quede un poquito más claro ahora.


(*) En otra entrada explicaré una teoría de por qué el machismo, el sexismo en favor de los hombres, es tan universal y se repite en todas las sociedades.
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